AFIP analiza pedir la quiebra de la empresa postal OCA, por una deuda cercana a los $4.000 millones. Además, el organismo tiene embargadas las cuentas de OCA y es muy probable que la semana que viene no cobren sus sueldos los 7.000 empleados de la empresa.
«Se vienen tiempos difíciles», dijo ayer el gremialista Hugo Moyano, en una reunión que encabezó en la biblioteca sindical del gremio de Camioneros, donde expuso sobre la situación de OCA. Allí citó a 20 empresarios postales, a quienes les pidió que tengan «códigos» y en los próximos días «no tomen» clientes de OCA, para poder mantener a flote la empresa.
El sindicato de Camioneros, que conducen Hugo y Pablo Moyano, pagó el mes pasado entre el 30% y el 40% de los sueldos adeudados a los empleados de OCA, tras varios días de paro, ya que el Grupo RHUO, dueño de la empresa, no tenía la plata para hacerlo.
«Todos los empleados de OCA están afiliados a Camioneros. Pero la empresa postal hace años que no paga los aportes de la seguridad social de sus empleados y evadió miles de millones de los impuestos», dijo una fuente oficial, que pidió mantener su anonimato.
El año pasado la AFIP denunció a OCA por evadir $100 millones. Pero la semana que viene podría pedir su quiebra, porque el organismo detectó que la deuda es mucho mayor: fuentes oficiales dicen que son $4.000 millones.
En el Gobierno tomaron nota de la situación y hay febriles reuniones entre el presidente Mauricio Macri y varios de sus funcionarios, que tratan de encontrar alguna solución. Las propuestas van desde alguna moratoria de la AFIP, hasta el pedido de quiebra, que es la que hasta ahora tiene más posibilidades de materializarse.
Así como Hugo Moyano reunió ayer a los empresarios del sector postal, el Gobierno está tratando de generar algún mecanismo para incorporar a parte de los 7.000 empleados de OCA que quedarían en la calle, si se concretara su quiebra.
Esas gestiones habrían logrado el compromiso de reabsorver a 3.000 de sus empleados en otras empresas del sector, incluyendo al estatal Correo Argentino. Pero es una incógnita qué sucedería con el resto de los empleados, lo cual podría convertirse en un potente foco de conflicto, señala Clarín.