La auténtica relación entre vitamina C y resfríos

 

Hace casi 45 años, Linus Pauling, científico ganador del Premio Nobel, publicó un libro en el cual investigaba sobre el uso de dosis masivas de vitamina C para prevenir resfríos.
En su estudio, el mismo Pauling se suministró esta vitamina todos los días, en dosis de hasta 18.000 mg. Vale remarcar que la dosis diaria recomendada es de 90 mg para hombres y 75 para mujeres.

Esta investigación fue la base de la idea de que la vitamina C era esencial para evitar los resfríos. Pero, desde aquel entonces, el tema se ha seguido investigando y nuevos descubrimientos salieron a la luz.

 

La vitamina C y su relación con el sistema inmune

 

Además de su capacidad antioxidante, la tarea de la vitamina C en la construcción del organismo es esencial, ya que sirve como base en la producción de colágeno, la proteína que le da resistencia y flexibilidad a los tejidos de los mamíferos.

Antiguamente, la deficiencia de vitamina C causaba una enfermedad llamada escorbuto, proveniente de la falta de colágeno en el cuerpo. Pero, con las mejoras modernas en la alimentación, este problema prácticamente está erradicado.

Pero otra arista no tan conocida de la vitamina C es su presencia en las células inmunes y, por ende, su necesidad en momentos de infección.

 

¿Previene los resfríos?

 

Los estudios realizados en las últimas décadas alrededor del posible poder preventivo de la vitamina C en relación a los resfríos han sido un tanto decepcionantes.

Un meta-análisis que examinó 29 estudios sobre un total de 11.306 participantes, reveló que suplementar la dieta con 200 mg o más de vitamina C no redujo la frecuencia de resfríos.

Sin embargo, lo que sí se ha demostrado es que el consumo de vitamina C ayuda a disminuir la severidad y la duración de la enfermedad.

Así, si se toman suplementos de vitamina C no se reducirá la frecuencia de resfríos, pero quizás sean levemente menos severos y duren un poco menos.

Pero, por supuesto, hay otros beneficios potenciales de la vitamina C. Por ejemplo, hay una cierta cantidad de evidencia epidemiológica que sugiere que incluir la cantidad adecuada en la dieta podría ayudar a evitar problemas cardiovasculares y cáncer.

Natalia Olivares (Licenciada en Nutrición)

Madrid, España.

 

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