Los tres partidos de la gran coalición que dirige la canciller alemana, Angela Merkel, acordaron hoy, tras semanas de tensiones, suspender durante dos años el derecho a la reagrupación familiar de determinados refugiados en Alemania. Merkel, acuciada por las críticas a su gestión de la crisis de los refugiados, cerró el acuerdo con los líderes del Partido Socialdemócrata (SPD), Sigmar Gabriel, y de la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), Horst Seehofer, uno de sus principales oponentes en este capítulo. «Es un buen compromiso», aseguró tras concluir la reunión Gabriel, quien garantizó la salud de la gran coalición a pesar de los enfrentamientos de los conservadores bávaros con Merkel, consignó la agencia de noticias EFE. El acuerdo, según explicó, afectará a los solicitantes de asilo llegados a Alemania a los que se otorgue «protección subsidiaria», es decir, que no cumplen los requisitos para ser asilados porque no sufren una persecución individual, pero que tampoco pueden ser expulsados ante el riesgo que sufrirían en su país de origen. Asumiendo que muchos miles de extranjeros pueden estar en esa situación, se acordó también fijar contingentes con países como Turquía, Líbano y Jordania para que familiares de esas personas con protección subsidiaria puedan viajar a Alemania, que en 2015 llegaron a los 1,1 millones. El pacto en este punto permitirá desbloquear toda una serie de medidas que los socios de la gran coalición habían consensuado en noviembre y que se encontraban frenadas por las diferencias en torno a la reagrupación familiar. Ese paquete incluye la puesta en marcha de varios centros especiales en todo el territorio alemán a los que se destinará a los nacionales de los países considerado «seguros» y que, por tanto, tienen pocas opciones de obtener asilo político. El objetivo es que en estas instalaciones se procese en un máximo de una semana las peticiones de asilo y, tras otra semana para posibles reclamaciones, se proceda a la expulsión de los rechazados mediante un fórmula similar a la que se emplea en los aeropuertos. Berlín quiere además ampliar la lista de países seguros para incluir a Marruecos, Túnez y Argelia. Al margen de la puesta en marcha de este plan, la CSU de Baviera, estado federado fronterizo con Austria por el que entra a Alemania la mayoría de los refugiados, ha dejado claro que su objetivo es que se fije un tope anual de 200.000 solicitantes de asilo en el país, propuesta a la que hasta el momento se ha opuesto la canciller. Tras la reunión con los socios de coalición, Merkel recibe esta noche en la Cancillería a los primeros ministros de los estados federados, que reclamarán un mayor respaldo financiero del Estado para hacer frente a los problemas logísticos que sigue planteando la recepción e integración de cientos de miles de personas. En la agenda se encuentra también la posibilidad de acelerar las expulsiones, competencia de los Lander, y de obligar a los refugiados a mantener una dirección fija para intentar una distribución homogénea en el territorio nacional y evitar la saturación actual de algunas regiones y ciudades.
La coalición de Merkel limitó la reagrupación familiar de refugiados en Alemania
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