Un matutino revela supuestas nuevas “pruebas” sobre la relación entre el juez federal Sebastián Casanello y la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Se trata de una investigación del periodista Julio Blanck, de Clarín. Según afirma, fuentes con acceso al círculo cercano de Cristina “aseguran que después del revuelo que provocó la visita de Bonafini al Papa, ella le mandó decir a través de Oscar Parrilli que se mantuviera en silencio y no hiciese más declaraciones”. Esta historia, agrega, “enlaza a Parrilli con quien fuera su segundo en la Agencia Federal de Inteligencia, Juan Martín Mena, quien se ocupó de comandar la operación sobre los tribunales durante el último año de mandato de Cristina”. Mena “llegó a la AFI desde el Ministerio de Justicia” y, según fuentes de los tribunales, “mantuvo contacto permanente con el juez Casanello durante todo el año pasado”. A su vez, subraya que “el juez había trepado al cargo auxiliado por su cercanía con La Cámpora, a través del ex secretario de Justicia Julián Alvarez, que era su referente político y judicial más firme, y con Eduardo De Pedro, ex secretario general de la Presidencia”. Según Claudio Savoia, también en Clarín, al dar cuenta de las “pruebas” que tiene en poder el fiscal Guillermo Marijuan sobre “el reparto de una flota de teléfonos registrada a nombre de una firma de Leonardo Fariña,y las llamadas entre esos aparatos”.
La conexión secreta entre Cristina Kirchner y Casanello
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