La Carta Magna aprobada por el propio chavismo en diciembre de 1999 incluye el artículo 350, que habilita al pueblo venezolano a desconocer «a cualquier régimen, legislación o autoridad que contraríe los valores, principios y garantías democráticas o menoscabe los derechos humanos». Juristas denuncian que el gobierno de Maduro comete delitos de lesa humanidad
«El pueblo de Venezuela, fiel a su tradición republicana, a su lucha por la independencia, la paz y la libertad, desconocerá cualquier régimen, legislación o autoridad que contraríe los valores, principios y garantías democráticas o menoscabe los derechos humanos», se puede leer en el artículo 350 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
Nicolás Maduro suele aparecer en las cadenas nacionales de radio y televisión con la pequeña Carta Magna en la mano. Es una imagen común para los venezolanos. El bolivariano, como también lo hacía el fallecido Hugo Chávez, siente orgullo por la ley suprema que aprobaron en 1999 y en 2009 enmendaron para introducir la reelección indefinida. Esta misma norma es la que respalda la protesta. El artículo 350 se incorporó el día que se aprobó la Constitución.
«Que en una democracia el pueblo pida la renuncia de un presidente -que llevó al país a un callejón sin salida- es una actitud democrática», afirmó Aguar. «Es muy típico de las dictaduras que, cada vez que existe una disidencia política, hablen de insubordinaciones. Hablan de golpe de Estado porque es lo que ellos son, el chavismo llegó al poder mediante un acto de sangre, el 4 de febrero de 1992 (por el intento de golpe de Estado encabezado por Hugo Chávez contra el gobierno de Carlos Andrés Pérez)».
El jurista venezolano denuncia que en su país se cometen crímenes de lesa humanidad: «Según el Estatuto de Roma, son delitos que ocurren como consecuencia de una política de Estado. Aquí hay una política de represión, con inspiración discriminatoria, porque se persigue al sector disidente. Como consecuencia de esta política de Estado -que es sistemática y generalizada-, se han producido homicidios, torturas y violaciones sexuales. No son crímenes de cantidad los de lesa humanidad, sino de calidad, muy distinto al genocidio».
Prácticamente desolado, Aguiar afirmó que su país «vive una guerra civil no declarada». En este panorama, el jurista aseguró que el dirigente opositor señalado por el Gobierno como responsable de la violencia el 12F, Leopoldo López, no tiene ninguna posibilidad de tener un juicio justo. «Si quien lo arrestó y lo trasladó a cárcel fue Diosdado Cabello, el presidente de la Asamblea Nacional, es el mundo del revés», dijo, indignado, sobre la nula división de poderes en Venezuela.
Hace más de 20 días que diferentes sectores opositores, con los estudiantes como protagonistas, tomaron las calles venezolanas para protestar contra lo que ellos mismos llamaron «el desastre de Maduro»: desabastecimiento, inflación e inseguridad. Hasta el momento, se registraron 5 muertos, un centenar de heridos y un número incierto de disidentes detenidos. El preso emblemático es Leopoldo López, el dirigente opositor que centralizó la ira chavista.
Fuente > Infobae.com