Washington. La economía latinoamericana deberá prepararse para el «fin de la fiesta» sustentada en el boom de las materias primas, que no se aprovechó para aplicar reformas estructurales, advirtieron este viernes los jefes económicos del BM, el FMI y el BID.
«La fiesta ha terminado y los vientos a favor se han convertido en vientos en contra», subrayó José Juan Ruiz, economista jefe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en una conferencia en el centro de estudios Brookings Institution de Washington.
Ruiz señaló que es posible que la región crezca solo un 1,5% en 2014, por debajo de las más recientes previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI), de julio, que situaban el crecimiento en Latinoamérica y el Caribe en un 2% para este año y en 2,6% para 2015.
Desde el Fondo ya se ha adelantado que las nuevas previsiones estarán por debajo del 2% para 2014.
Gran parte de este retroceso responde al frenazo de la economía brasileña, que ha cumplido dos trimestres seguidos de crecimiento negativo; y los problemas económicos que enfrentan países como Venezuela y Argentina.
En el lado positivo, se ubican los países centroamericanos y sobre todo México, que se estima empiece a ver los resultados positivos de las reformas estructurales adoptadas recientemente y aproveche el impulso de la recuperación de la economía estadounidense.
Por su lado, el director del FMI para el Hemisferio Occidental, Alejandro Werner, expresó cautela al apuntar que el «proceso de reformas es doloroso», como ha mostrado México, durante el cual el PIB sufre los efectos negativos de la incertidumbre y la adaptación al nuevo panorama de regulación.
Werner destacó, como dato positivo, la «estabilidad macroeconómica» con la que se había navegado el boom de materias primas vivido por la región, algo inusual en una región habituada al sobrecalentamiento económico.
Desde el Banco Mundial, Augusto de la Torre, economista jefe para América Latina, señaló que la actual desaceleración que se está registrando es un fenómeno nuevo para el continente, acostumbrado a los ciclos abruptos de «auge y caída»
Uno de los principales problemas, no obstante, es que los pronósticos sitúan el potencial de crecimiento a medio plazo en torno al 3% anual.
Para De la Torre se trata de una cifra «insuficiente» para hacer frente a los desafíos económicos regionales fruto de la creciente clase media, uno de los grandes éxitos de América Latina en la primera década del siglo.
Por esto, Ruiz insistió en que «no hay espacio para la complacencia», y afirmó que uno de los grandes desafíos de la economía latinoamericana es la falta de productividad y competitividad, y la escasa diversificación en sus exportaciones.
Ruiz apuntó, en este sentido, que de los diez primeros productos de exportación latinoamericanos «siete son materias primas», y los tres restantes (aparatos de vídeo, computadores y vehículos) proceden exclusivamente de un país: México.
Otro de los elementos clave es la ausencia de grandes proyectos de infraestructuras regionales, que se están quedando atrás, y cuyo último gran empuje se vivió en las décadas de 1960 y 1970, agregó De la Torre.
Las previsiones del Fondo y el BM se presentarán la próxima semana cuando se reúnan en sus sedes centrales de Washington los ministros de Economía y gobernadores de Bancos Centrales para participar en la asamblea anual de los organismos surgidos en los acuerdos de Bretton Woods de 1944.
EFE