Los alimentos procesados y ultraprocesados consumidos en la infancia se asocian con la rápida progresión de la masa corporal, afectando el peso tanto en la etapa de la adolescencia como en la edad adulta. Estos representan hasta el 80 % aproximadamente de la dieta diaria en 1 de cada 5 jóvenes en países enfocados en el desarrollo industrial.
Patrón de consumo perjudicial
El exceso de azúcares, grasas saturadas, pocos niveles de nutrientes, entre otros, son algunas de las características de los alimentos ultraprocesados. Por ello, no representan una alternativa para una adecuada dieta balanceada, necesaria desde la etapa infantil hasta la edad adulta, generando severos problemas de obesidad infantil.
Según detalla Anabel Rodríguez de la web GUIADESUPLEMENTOS, existe un vínculo entre la ingesta de los alimentos ultraprocesados y el aumento de los problemas respiratorios en niños, tales como el asma y la bronquitis. Además, destaca que “estos productos no están creados para satisfacer las verdaderas necesidades nutricionales de las personas, y por esto se observan constantemente resultados negativos”.
Sumado a lo anterior, hay más pruebas que respaldan la relación de los refrescos, aperitivos envasados y algunas comidas preparadas, con enfermedades como la obesidad en los más pequeños de la casa. Y es que su consumo somete al organismo a condiciones poco naturales para poder procesarlos, ocasionando un desgaste energético innecesario y elevado.
Estos alimentos contienen ingredientes que permiten conservarlos por un mayor tiempo en comparación con otros productos. Ello puede resultar un problema, porque son capaces de dominar los mecanismos innatos que controlan el apetito en los seres humanos. Al ser casi adictivos, conllevan al incremento de peso con el tiempo.
Epidemia en camino
Acostumbrar a los niños a dietas basadas en alimentos poco naturales puede resultar una alternativa más económica, sin embargo, a la larga, podría ocasionar problemas en la salud infantil, tal como han explicado algunos expertos. Por ello, es imprescindible que los padres aprendan a modificar conductas e inculquen rutinas y hábitos saludables.
Kiara Chang, científica de la Universidad de Sao Paulo y autora de un estudio publicado en JAMA Pediatrics, ha indicado que las dietas insanas han generado una epidemia de obesidad infantil. Los resultados han revelado que al alcanzar la edad adulta temprana, estas personas pueden tener las peores trayectorias de adiposidad.
Los alimentos ultraprocesados incrementan el índice de masa corporal en las generaciones más jóvenes, pudiendo ocasionar un mal desarrollo físico, con consecuencias devastadoras para los procesos metabólicos del organismo.
De acuerdo a los expertos, para disminuir la obesidad en el mundo es necesario tomar medidas urgentes de salud pública que se encarguen de eliminar las barreras de acceso a alimentos más naturales o mínimamente procesados. De esta manera, se puede desalentar la ingesta de ultraprocesados en la población, sobre todo en los niños.
También se considera una buena medida, bajar precios de los alimentos sanos, o incluso, penalizar a quienes consuman este tipo de dietas poco nutritivas. Sin embargo, las leyes de libre mercado pueden perjudicar estas iniciativas, que buscan frenar o limitar la obesidad en los más pequeños de hogar.