«Engañosamente se habla desde el gobierno de empate, cuando en un referéndum no existe esa opción. Están tratando de diseñar a su antojo los resultados en zonas rurales, donde hay poco control opositor o ciudadano en las mesas, y donde rige la ‘ley del chicote’ para el que piensa distinto», dijo el senador Carlos Pablo Klinsky, del Movimiento Demócrata Social, Escrutado el 72,5 por ciento de los votos, un 56,5% se pronunció a favor del No, mientras un 43,2 lo hizo a favor del Sí, según informó el Tribunal Supremo Electoral (TSE). «Al 72,5 por ciento de los resultados preliminares que tenemos es que el Sí está en un 43,2 por ciento y el No en un 56,5», afirmó la presidenta del TSE, Katia Uriona, a medios locales en la ciudad de Sucre, donde se realiza el escrutinio al ser la capital constitucional del país. «Un fraude significaría el quiebre definitivo de la democracia en Bolivia. El Gobierno quedaría en evidencia ante el mundo como una dictadura», advirtió Klinsky. El jefe de la bancada de la centroderechista Unidad Demócrata (UD), el senador Arturo Murillo, dijo por su parte que el cómputo oficial del Tribunal Supremo Electoral (TSE) ratificará los datos en boca de urna. «Hay una amplia diferencia y es imposible volcar el resultado, si lo hacen realmente sería lo más asqueroso del mundo», agregó. Los diputados y senadores de la alianza Unidad Demócrata pidieron a la ciudadanía vigilar el recuento de votos en los nueve departamentos para evitar la modificación de los resultados. El vicepresidente Álvaro García Linera anticipó la noche del domingo que «es altamente probable que esas cifras (del No) se modifique de forma drástica».
La oposición boliviana teme fraude en el resultado del referendo por la reelección
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