Los manifestantes intentaban continuar bloqueando la principal avenida de la mayor urbe de Brasil para evitar la realización, en horas de la tarde, de una manifestación de la izquierda para defender a Rousseff y la designación como ministro de la Casa Civil del ex mandatario Luiz Inácio Lula da Silva. «No hubo detenidos», dijo un portavoz policial, que indicó que el despeje de la avenida se realizó con camiones hidrantes y permitió el flujo de tránsito en esta ciudad con siete millones de vehículos. A 300 metros de allí, frente al edificio del Museo de Arte de San Pablo (MASP), se esperan para las próximas horas miles de personas para defender al gobierno en un acto convocado «Contra el golpe y en defensa de la democracia» por el Frente Brasil Popular, del cual forman parte partidos y movimientos sociales. La manifestación pretende ser una respuesta a la movilización del domingo pasado que pedía la renuncia de Rousseff, contra quien el Congreso abrió ayer el proceso de juicio político por supuestas maniobras fiscales en el presupuesto 2015, un asunto que parecía terminado pero que ganó fuerza con la vorágine de la crisis política. La falta de control de los manifestantes opositores en San Pablo se vio evidente esta madrugada cuando los acampantes en 31 carpas montadas en la Avenida Paulista llamaban «comunistas» a los propios líderes de los grupos que encabezan las revueltas, como ocurrió con Marcelo Reis, del grupo ultraderechista Revoltados Online.
La policía brasileña libera la Avenida Paulista por temor a enfrentamientos
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