Luego de la gran repercusión de la participación de Jimmy Fallon y de The Roots en uno de los conciertos de U2 en Nueva York, la banda decidió doblar la apuesta e invitó a una cantante.
Lejos de lo que artísticamente son su duetos con Tony Bennet, de su performance en espectáculos deportivos olímpicos o de sus versiones de Van Halen y 4 Non Blondes, Lady Gaga se subió al escenario del Madison Square Garden el domingo 26 de julio, en bikini y sus tacos extravagantes. Presentada como una «verdadera estrella», la cantante se sentó al piano y junto con Bono se encargó, además, de la interpretación vocal de «Ordinary Love», la canción que U2 escribió para la película sobre la vida de Nelson Mandela.