Un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS), publicado por el sitio Ser Médico del Sindicato Médico del Uruguay, enumera los once hábitos cotidianos que pueden afectar el cerebro y su rendimiento.
Son gestos, decisiones y actitudes que mucha gente tiene a diario sin desconocer sus efectos negativos.
1. No desayunar:
No ingerir buenos alimentos al comenzar el día reduce el azúcar y las proteínas, que son nutrientes necesarios para que el cerebro inicie su trabajo en las primeras horas.
2. Cubrirse la cabeza al dormir:
Taparse el rostro con una almohada, aumenta la concentración de dióxido de carbono en el cerebro y perjudica su funcionamiento.
3. Consumir muchos azúcares:
Esto interrumpe la absorción de proteínas y si el cuerpo no consume los nutrientes correctamente, se ve afectado el desarrollo del cerebro.
4. Falta de actividad física:
El ejercicio ayuda a mantener saludable y con buen funcionamiento no sólo al cuerpo, sino también al cerebro. Puede cambiar su estructura y funcionamiento.
5. Dormir poco:
Esto es porque el sueño aumenta la reproducción de células que participan en la formación de mielina, un material aislante en las proyecciones de las células nerviosas dentro del cerebro.
6. Forzar el cerebro cuando se está enfermo:
Trabajar o estudiar mucho cuando uno está enfermo es dañino, provoca disminución en la eficacia del cerebro a largo plazo.
7. Fumar:
El hábito afecta a toda la salud, pero además la exposición al cigarro en lugares cerrados por más de una hora tiene efectos en el sistema nervioso central.
8. Abusar de alimentos:
Luego de permanecer un tiempo a dieta se activan genes ligados a la longevidad y al buen funcionamiento del cerebro.
9. Ser solitario:
La corteza prefrontal sobre los ojos es más grande cuanto aumenta el número de amigos.
10. Medio ambientes contaminados:
Si el cerebro está mucho tiempo en lugares contaminados, disminuirá el suministro de oxígeno y habrá una deficiencia en el órgano.
11. Reacciones violentas y estrés:
Causan endurecimiento de las arterias del cerebro. Si se fortifican, la capacidad mental disminuye.