Jed Diamond escribe en su libro “El matrimonio ilustrado: las 5 etapas transformadoras de las relaciones y por qué lo mejor está por venir”.
Según su experiencia de campo, definió que luego de la primera fase de enamoramiento, donde prima la idealización, la visión de un futuro maravilloso juntos y la búsqueda de cautivar al otro exaltando nuestras virtudes, llega la de formar una pareja.
En esta segunda etapa, se afianza la relación y nos permitimos conocer a la otra persona. Entonces es cuando llega la fase tres, la desilusión.
Cuando con el correr de los días o meses, cuando nos vamos relajando, y vamos recuperando nuestra natural esencia, mostrando lo mejor y lo peor de nuestra personalidad, llega la prueba de fuego.
El otro nos empieza a conocer realmente y se toma un tiempo para decidir si avanzar con la relación, quedarse consigo mismo o ir en búsqueda de alguien que le haga sentir esa adictiva felicidad por un momento más o para toda la vida.
Algunos llegarán a la cuarta etapa, muchos otros no. Diamond la llama consolidar el amor real, es afianzar la relación, comienza la aceptación y el esfuerzo mutuo por cuidar y alimentar el vínculo.
Y finalmente llega la quinta etapa, la de “usar el poder de los dos para cambiar el mundo”, es decir que, unidos en mente y espíritu, dejando atrás las discusiones sin sentido, se enfocan en abordar y resolver uno a uno los desafíos de la vida.