Comprar una cochera fue durante años uno de los negocios más rentables. ¿El motivo? Se invierte poco, no requiere de mucho mantenimiento y su renta es más que aceptable. Pero ahora, el tarifazo atenta contra su rentabilidad debido a los elevados costos que están viniendo en las boletas de agua. Es que la nueva facturación contempla la ubicación y los metros cuadrados que tiene el estacionamiento, y no el consumo. La falta de medidores hace imposible calcular el gasto exacto por mes y los precios resultan impagables. Con este esquema de facturación, las grandes cocheras privadas llegan a pagar más de agua que un lavadero de auto o un lavadero de ropa.. Esta situación se repite en varios estacionamientos y edificios con cocheras porteños. En Flores, por ejemplo, un estacionamiento chico pagaba $400 de agua y con el tarifazo ahora abona $2.400. En Caballito, en tanto, la cochera que antes pagaba $2.100 ahora tiene que pagar $7.500. Por eso, desde el sector reclaman que AySA recategorice a los estacionamientos como «residenciales» para pagar una tarifa «acorde al uso que tienen del agua» y evitar así los «cierres masivos» de cocheras.
Las cocheras dejan de ser negocio por el tarifazo de agua
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