A cinco días de la muerte de la periodista y legisladora Débora Perez Volpin, surgen al menos cinco hipótesis sobre lo que pudo haber pasado en el quirófano.
Mala Praxis
Débora Pérez Volpin asistió a La Trinidad por un fuerte dolor de abdomen y fue internada. El plan de estudios para evaluarla, incluyó una endoscopía digestiva alta. Es un estudio que suele indicarse cuando se sospecha de gastritis, alguna patología del esófago o para diagnosticar algún problema en el duodeno. Según trascendió, a los 5 minutos de iniciado el estudio se produjo una brusca caída del oxígeno que le impidió respirar y “padeció un paro cardiorespiratorio, que no respondió a las maniobras habituales de reanimación“, según La Trinidad.
Según los expertos, la endoscopía es un estudio de baja complejidad que requiere de exámenes pre quirúrgicos en pacientes de 50 años o más. El jefe de Gastroenterología de la Fundación Favaloro Fabio Nachman asegura que “si el dolor es agudo, primero se debe hacer un análisis de sangre completo para descartar pancreatitis o cólico biliar, además de un electro, tomografía o ecografía abdominal. Esto da un panorama. Si no se encuentra nada, recién ahí se recurre a una endoscopía”.
¿Pero Pérez Volpin fue sometida a exámenes pre quirúrgicos? Eduardo Gerome, abogado de la anestesista Nélida Puente, asegura que “le hicieron un electrocardiograma que dio perfecto”. ¿Es posible que se haya detectado algún factor de riesgo que el personal médico haya pasado por alto? Como sea, nada predice que pueda haber una complicación posterior.
“Aunque es muy difícil que suceda, no hay que descartar un sangrado (se puede producir con el endoscopio), broncoaspiración (vómito que provoca neumonía aspirativa), barotrauma (distensión abrupta de todo el estómago, porque no encuentra cómo escapar del aire que se insufló) o laringoespasmo (la saliva se va a la laringe e impide el paso de aire. Esto es frecuente y se soluciona suministrando oxígeno)”, dice Nachman.
El endoscopista
El miércoles se le realizó la autopsia al cuerpo de Débora. Y detectaron perforaciones en el estómago y en el esófago de la periodista. A partir de estos primeros resultados, muchos sospechan que habría existido una mala praxis del médico que operó el endoscopio. Se trata del doctor Diego Bialolenkier (36).
El profesional pudo no haber visto un divertículo y perforado el esófago o pudo haber manipulado mal el endoscopio o la tecla con la que se regula el aire insuflido. El abogado de la familia, Diego Pirota, aseguró que “las lesiones se provocaron en la endoscopía”. Ahora, los peritos determinarán cuál fue su responsabilidad del autor del estudio.
Falla en el equipo
El viernes el juez Gabriel Ghirlanda ordenó un segundo allanamiento del sanatorio. Secuestraron el endoscopio, para analizar las imágenes del estudio a Pérez Volpin pero el procedimiento no fue registrado.
Nachman, asegura que “lo que se hace habitualmente, y está estandarizado, es que el informe se debe entregar con fotografía para documentar hasta dónde se llegó, qué se recorrió y mostrar si se vio algo normal o algo patológico. En todos los casos, hay que documentar”.
También está la posibilidad de grabar videos, pero una grabadora sale muy cara, según aseguraron expertos a Clarín. Los videos no son obligatorios pero las fotos sí. Desde la Trinidad dijeron que no registraron fotos porque el estudio no se llegó a completar.
Otra hipótesis es que la tecla del insuflador estuviese trabada. Al día de hoy, no se sabe si el aparato está fiscalizado por la ANMAT, así como también se desconoce su origen (empresa proveedora), su antigüedad y si poseía un mantenimiento correcto.
La anestesista
El día del desenlace fatal, todas las miradas apuntaron a la anestesista Nélida Inés Puente. Su abogado, Eduardo Gerome, aseguró que la autopsia descartó complicaciones con la sedación, pero los resultados de la misma no estarán hasta el viernes 16.
“La sedación es el grado más superficial de anestesia. La droga indicada para estos procedimientos es el propofol, el paciente sale rápidamente de la situación de sedación y tiene un buen despertar. Apenas el 0,05% de los casos tienen riesgo de complicación, es algo excepcional”, aseguró a Clarín el doctor Jorge Daruich, jefe de hepatología del Hospital de Clínicas.
Otro punto a revisar es si el intubamiento fue por vía aérea o digestiva. El procedimiento por vía digestiva es más riesgoso, dijeron especialistas a este diario.
Deterioro previo de la paciente
Fuentes de La Trinidad dijeron el viernes a Clarín que Débora Pérez Volpin llegó con “hepatitis importante, líquido en cavidad abdominal y alrededor del hígado. También derrames en el tórax, principio de hipertensión portal e ictericia”. Si esto es así, debería estar en la historia clínica de la paciente, que fue secuestrada en el primer allanamiento.
Débora Pérez Volpin: cinco hipótesis de lo que pudo haber ocurrido en el quirófano
“Débora llegó al sanatorio con fuerte dolor abdominal y en la cintura, que venía arrastrando desde hacía tres semanas y por los que había sido tratada en forma ambulatoria por otros profesionales”, afirmaron desde La Trinidad.
Esta versión es contraria a la que dio el jueves Diego Pirota, abogado de la familia de la periodista. “Ingresa a realizarse estudios una persona sana, que no tenía una patología. Una persona que tenía un dolor en el estómago. Así está informado en la historia clínica. Ingresa a realizarse estudios de rutina y 15 o 20 minutos después fallece”.