Desde el pasado 1 de enero, el mercado de las naftas en la Argentina quedó desregularizado y los precios atados principalmente a los vaivenes del valor internacional del barril de petróleo y el dólar. Esos dos componentes – el salto de la divisa y el aumento del crudo a un máximo en tres años- pusieron presión sobre las compañías que tuvieron que corregir hacia arriba los indicadores en el surtidor de todos sus productos. Luego de aplicarle los impuestos locales, provinciales y nacionales, el litro de premium ya superó en el interior del país los $ 32.
En un análisis que realizó ámbito.com sobre el apartado «Precios en surtidor», que se publica en el portal del Ministerio de Energía, arroja que el valor más alto del país se registra en la provincia de Corrientes, donde el litro de premium alcanza los $ 32,35. La de súper llega a $ 28,95. Es decir que llenar un tanque puede llegar a costar $ 1.600 en el primer caso y más de $ 1.400 en el segundo. En la otra punta, la más barata se consigue en Tierra del Fuego, Santa Cruz, Neuquén y Chubut, en ese orden, con valores de entre $ 18,31 y $ 21,45 para las de menor rango y de hasta $ 24,40 para las de mayor calidad.
En lo que respecta a la Ciudad de Buenos Aires, el litro aún no supera los $ 30 en ninguna de las estaciones de servicio y se consigue como mínimo a $ 23,49. Mientras que en Provincia se ubican en los escalones más altos en comparación con el resto del país con un valor de la premium que alcanza los $ 31,99.
Luego del nuevo aumento de YPF, que subió sus naftas un 3,5% esta semana, la mayor petrolera del país pasó a vender el litro de premium en el interior a $ 30,99. En tiempos de precios regulados, la compañía tenía los precios más bajos del mercado y le servía al Gobierno para marcarle la cancha a la competencia. Pero ahora, ese es el valor más caro en varias provincias. En el segmento súper ocurre algo similar. De hecho, en CABA se llega a comercializar a un precio mayor que Shell, que históricamente tuvo el mayor valor en la zona.
El nuevo aumento de YPF se suma a otro de enero de 4,5% y los anteriores de 2017, con lo que el incremento en 13 meses es de 43,2%. En medio de las subas que traen mayor presión inflacionaria, la petrolera estatal espera una reducción de 10% en el Impuesto a la Transferencia de Combustibles (ITC), que se aplicaría antes del 1 de marzo cuando entre en vigencia el nuevo esquema previsto en la reforma impositiva.
Por la nueva ley que se aplicará desde marzo, el ITC sobre las naftas será de $ 6,726 y el gravamen a la emisión de dióxido de carbono $ 0,412. Para el gasoil, $ 4,148 y $ 0,473 respectivamente. La rebaja del 10% que reclama YPF se aplicaría sobre $ 6,726 en naftas, o sea $ 0,6726, y sobre $ 4,148 en gasoil, $ 0,4148 menos. Sin embargo, en una entrevista reciente, el ministro de Energía, Juan José Aranguren, dijo que en caso de una «crisis», el Gobierno nacional puede bajar 10% o subir 25% el ITC, según se disparen los valores en los surtidores.
Según los últimos datos que publicó Invenómica en octubre del año pasado, las naftas en la Argentina antes de los aumentos de este año ya se ubicaban en el segundo lugar de las más caras de la región, con un valor promedio de u$s 1,28 por litro, solo por detrás de Uruguay. «Todo esto se da en el marco de la voluntad del Gobierno de reducir su nivel de intervención en la determinación de precios de los combustibles», sostuvo en esa oportunidad el director de la consultora, Pablo Besmedrisnik. Además en otro relevamiento, la misma consultora la venta de motonaftas (común, súper y premium) en el período 2017 fue de 6,8 millones de m3, un 6,7% de incremento respecto al mismo período del año anterior que fue de 6,4 millones de m3, mientras que la venta de gas oil registró un 3 % de aumento con 9,6 millones de m3 vendidos al mercado.