En todo el mundo, las bananas se cultivan a temperaturas que oscilan constantemente alrededor de los 27°C, pero la empresa nipona D&T Farms mantiene los plátanos congelados a -60° y los replanta inmediatamente a temperatura tropical.
El cambio tan brusco de temperatura provoca un crecimiento ultra rápido del plátano en el que la cáscara de la banana no llega a madurar y queda fina, suave y suficientemente dulce como para comerla con el resto de la fruta, detalló el sitio Quartz de noticias citando a la prensa japonesa.
La llamada «banana de Mongee» está disponible en lotes muy chicos, de 10 unidades, que se venden todas las semanas en el establecimiento minorista regional Tenmanya Okayama, a seis dólares cada una.