Los matrimonios no se rompen de la noche a la mañana. Los cónyuges se toleran muchas cosas durante meses y años, intentando salvar su relación… hasta un día. Un solo incidente es “la gota que desbordó la copa” y en un instante, uno de los dos se da cuenta de que nada va a cambiar, el matrimonio no tiene remedio y decide divorciarse sin dar marcha atrás.
Una vez el matrimonio termina formalmente, los divorciados pueden mirar hacia atrás y señalar ese momento preciso que los despertó y les hizo ver que el matrimonio estaba irrevocablemente roto. Puede haber sido una discusión que se salió de proporción, un instante cuando el otro cónyuge dejó ver quién era en realidad, o un acto que ha dolido siempre, llevado al extremo. Varios hombres compartieron ese crítico momento.
He aquí sus interesantes respuestas:
1. Cuando él por fin se cansó de los exabruptos de ella.
Tuvo un accidente de auto, perdió su empleo y todavía estaba deprimido por la muerte de un familiar cercano. Su esposa decidió que realmente quería comprarse un reloj de oro. Él le explicó que no podían darse el lujo de gastar en algo así. Ella se encerró en el baño a llorar. Unas horas después, salió del baño y le preguntó a su esposo si quería divorciarse. A él no le había ni pasado por la mente, pero ese fue el momento cuando supo que se quería divorciar.
2. Cuando se perdió la confianza.
De repente, él iba retratando los rótulos de las calles durante los 25 minutos del camino desde el trabajo hasta su casa, para probar falsas las constantes acusaciones de infidelidad de su esposa. No pudo más; se dio cuenta de que su matrimonio no tenía salvación y se fue de la casa.
3. Cuando la esposa se convirtió en una compañera de cuarto glorificada.
A la esposa le dejó de interesar pasar tiempo con él, dejaron de bañarse juntos y dormían horarios opuestos, desde hacía más de un año. Ella estaba infeliz casi todo el tiempo. Él intentó salvar su matrimonio, pero supo que todo había terminado cuando ella le dijo que ya no lo amaba.
4. Infidelidad inesperada.
Un hombre regresó a casa después de un despliegue militar de 7 meses y encontró a su esposa con 5 meses de embarazo. Por supuesto, la matemática no hizo sentido.
5. Cuando él sufrió de depresión y ella se burló de él.
Él le contó a su esposa cuán deprimido y desolado me sentía y lo describió como una crisis existencial. Ella se rió de su dolor y Él entendió que él no le importaba.
6. Cuando él supo que su esposa no creía en sus sueños.
Le dijo a su esposa que quería dejar la milicia y estudiar medicina. Ella actuó como si fuera lo más ridículo del mundo. Sus palabras exactas fueron: “Pero tú no puedes decidir ser un doctor así como así”. El hombre se frustró y se sintió herido cuando compartió sus sueños con quien consideraba su mejor amiga y ella lo miró como si estuviera loco. Ahora está en la escuela de medicina… sin ella.
7. Él no estaba de acuerdo con ella en cómo criar a sus futuros hijos.
Ella no había terminado siquiera la escuela superior y pretendía dar homeschooling (educación en el hogar). Tampoco los quería vacunar. Ninguno de esos puntos era negociable para él. Ahí terminó la relación.
8. Las repetidas infidelidades de ella dejaron de ponerlo furioso.
La ira se convirtió en indiferencia y se dio cuenta de que su matrimonio tóxico había concluido.
9. Él decidió poner a su hija en primer lugar.
Se llevaba bien con su segunda esposa hasta que la relación entre su hija y su esposa empezó a ir de mal en peor. Intentó no culparla, pero ella no estaba lista para ser la madre del hijo de otro.
10. Cuando vio claramente que no estaba permitido tener pasatiempos sin incluir a su esposa.
Ella protestaba porque le restaba tiempo a ella, él se sintió acorralado y se fue.
11. Él tenía que viajar lejos de ida y vuelta al trabajo y a ella no le importaba.
Un día tuvo que trabajar hasta muy tarde en la noche, perdió el tren, tomó un bus de un trayecto muy largo y tuvo que caminar 11 millas desde la parada del bus bajo un frío congelante. Ella no se molestó en recogerlo porque no quería salir temprano de su clase de yoga. Habían sido 20 años de cosas malas, pero esa noche decidió el final.
12. La esposa tiene el hábito de ridiculizar al cónyuge, hablar mal de él en público o tratarlo como si fuera su sirviente, a veces hasta contestando por él sin dejarlo hablar.
Él observaba el respeto entre otras parejas, le bullía lo que le comentaban sobre sus buenas cualidades como hombre, padre y esposo, hasta que ella hizo el desafortunado comentario de que ella era “el hombre de la casa”. Él se fue para siempre.
13. Su esposa usaba el sexo como recompensa y castigo, en vez de un momento de intimidad amorosa.
Él conoció a alguien más, se cansó del chantaje y la manipulación, y se divorció.
Fuente: http://voces.huffingtonpost.com/2014/09/28/hombres-divorcio_n_5895704.html?utm_hp_ref=mostpopular