Un equipo de investigadores de Cambridge (Reino Unido) ha presentado un nuevo estudio que muestra que algunos alimentos pueden influir en la propagación de ciertos tipos de cáncer. Los espárragos, por ejemplo, son uno de ellos. Concretamente la asparagina, un nutriente presente en esta verdura (espárrago). Si este nutriente está ausente, el crecimiento del cáncer de mama puede reducirse, señalan los autores en un estudio cuyos resultados recoge la revista Nature.
El equipo observó que el aminoácido asparagina es vital para el crecimiento del cáncer de mama. Estudios anteriores ya habían demostrado que las aves de corral y otros alimentos marinos también están asociados con el crecimiento del cáncer de mama porque tienen altos niveles de asparagina. Para este estudio, el equipo realizó su estudio en animales en el Instituto Cancer Research UK Cambridge con objeto de comprender los rasgos particulares de las células tumorales que circulan en la sangre y en los sitios donde se disemina el cáncer.
Los expertos trataron ratones con una forma agresiva de cáncer de mama triple negativo que crecen y se diseminan más rápido que la mayoría de los otros tipos de células cancerosas. Se llama triple negativo porque carece de receptores para las hormonas estrógeno y progesterona y produce poca proteína llamada HER2. Como resultado, resiste los tratamientos comunes, que se enfocan en estos factores y tiene una tasa de mortalidad más alta que el promedio.
Descubrieron que la aparición de la asparagina sintetasa (las células enzimáticas utilizadas para producir asparagina) en un tumor primario fueron asociadas a una gran diseminación posterior del cáncer.
Los investigadores también encontraron que la metástasis se veía muy limitada al reducir la asparagina sintetasa, gracias al tratamiento con fármacos o a la restricción dietética. Cuando los ratones de laboratorio recibieron alimentos ricos en asparagina, las células cancerosas se diseminaron más rápidamente. Poniendo a prueba medicamentos para bloquear la asparagina, descubrieron que sus tumores tenían una tasa de diseminación significativamente más lenta en todo el cuerpo y esto, a su vez, prolongaba la vida de los ratones gracias a los fármacos que bloqueaban la asparagina.
«Los resultados del estudio sugieren que los cambios en la dieta pueden afectar tanto a la forma en que un individuo responde a la terapia primaria como a las probabilidades de que la enfermedad se extienda posteriormente«, dijo Gregory J. Hannon, líder del estudio.