El yoga es una práctica cada vez más común en la sociedad moderna. Sus diversos beneficios físicos y mentales son objeto de diversos estudios científicos. No sólo reúne las ventajas de salud de cualquier actividad física, sino que también provoca una estabilidad en la salud mental de quienes los practican.
Sin embargo, todavía hay mucha gente que todavía no se anima a dar el paso hacia adelante con su práctica. El miedo a lo desconocido o la falta de conocimiento sobre los beneficios exclusivos de la práctica hace que, por el momento, el yoga no haya podido consolidarse como una actividad popular.
Por eso, la psicóloga y profesora de la Universidad George Washington y la Queensborough Community College de Nueva York, Azadeh Aalai, publicó un informe en la prestigiosa revista Psychology Today sobre los beneficios para la salud física y mental que concede la práctica de esa actividad milenaria. Mejoras en la circulación sanguínea, una recuperación de la concentración o un manejo del estrés son algunas de las ventajas que el yoga les brinda a sus practicantes.
Beneficios físicos. La práctica del yoga puede registrar ventajas de todo tipo para el cuerpo. Ya sea desde una mejora de la flexibilidad, hasta el fortalecimiento de los huesos, muscular, corrección de la postura, mejora del sistema inmune o un mejor manejo de los dolores de espalda. Incluso, algunos estudios revelaron que el yoga también provoca mejoría en el sistema respiratorio de personas con asma y ayuda en el sueño de aquellos que padecen insomnio. Como si faltara algo, también funciona como un combustible para alimentar el rendimiento sexual de las personas.
Manejo del estrés. Uno de los beneficios más conocidos del yoga es que se trata de una vía efectiva para combatir el estrés y mantener una buena salud mental. Un estudio de 2007 reveló que los practicantes de yoga registraron en su organismo un incremento de serotonina, el neurotransmisor que alimenta el buen humor. Mientras tanto, las hormonas del estrés, como el cortisol, cayeron. La práctica de esta actividad física permite que el torrente sanguíneo se mantenga muy activo y que el cerebro se oxigene de manera considerable. No es casual que el yoga sea recomendado habitualmente como una práctica alternativa a las tradicionales ante trastornos psicológicos.
Conexión entre mente y cuerpo. La buena salud mental que proporciona el yoga hace que sus practicantes tengan una facilidad enorme en la conexión mente-cuerpo. Es común que el cuerpo manifieste dolencias o molestias que están exclusivamente relacionadas con conflictos de la cabeza de las personas. Alguna pose específica del yoga puede ayudar a detectar esa dolencia y a hacerla desaparecer. Mediante el yoga, el practicante puede ser más consciente de cómo el cuerpo reacciona ante conflictos en la mente y viceversa. La reducción del estrés y el incremento de la salud mental son los dos factores clave de ese fenómeno. En 2015, el Centro Nacional de Salud Integrada y Complementada de Estados Unidos recomendó el yoga como una de las prácticas para lograr alinear el cuerpo y la mente.
Desintoxicación digital. Ver gente en la calle con el celular todo el tiempo en la mano ya es algo de todos los días. La dependencia respecto de las nuevas tecnologías no toma por sorpresa a nadie. Por eso, la posibilidad de «desconectarse» durante una hora de la presión digital con la que se convive diariamente es un factor muy importante para la salud de las personas. Con su práctica, no sólo se reduce la tensión diaria reflejada en los dispositivos, tanto como se experimenta una mejoría en la atención y en la capacidad de relajación muscular.
Foco. Está muy relacionado a la desintoxicación digital. La capacidad de desconexión y la falta de estímulos constantes hace que uno, mediante el yoga, pueda volver a enfocarse en una actividad. La habilidad de mantener una posición durante un período extendido es un reflejo de eso. Para lograrlo, se requiere estar enfocado y concentrado. Diversos estudios científicos demostraron que el yoga provoca mejorías en la coordinación, la reacción, la memoria y, en algunos casos, hasta el coeficiente intelectual.