El ébola no está aún en el «top ten» que elabora la Organización Mundial de la Salud sobre las principales causas de mortalidad en el mundo.
Bien sea porque aún no ha acabado el año y el brote se declaró el pasado 23 de marzo o bien porque los muertos no son «suficientes» (4.922), la realidad es que esta enfermedad «podría ser imparable si no se la contiene en su origen, es decir, en África», advierten los expertos. De hecho, el Centro para la Prevención y Control de Enfermedades de Estados Unidos señalaba que para enero de 2015 podría llegarse a 1,4 millones de contagios en Sierra Leona y Liberia, dos de los países más afectados por el virus junto a Guinea Conakry.
Pero el virus no ha llegado aún al número de muertes que causan otras enfermedades y por las que no se cierran fronteras, ni por las que los gobiernos hacen ruedas de prensa urgentes: «las enfermedades cardiovasculares o el cáncer son los mayores ’asesinos’ del mundo», adiverte José Ramón González-Juanatey, presidente de la Sociedad Española de Cardiología.
De hecho, según los últimos datos de la OMS (2012) las enfermedades no transmisibles causaron más de 68% de las muertes en el mundo, lo que representa un aumento por comparación con el 60% registrado en el año 2000. Las cuatro principales enfermedades de este grupo son las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, la diabetes y las neumopatías crónicas.
En 2012, las enfermedades cardiovascualares causaron casi 17,5 millones de muertes; es decir, 3 de cada 10. De estas, 7,4 millones se atribuyeron a la cardiopatía isquémica, y 6,7 millones, a los accidentes cerebrovasculares, señala la OMS.
De hecho, en nuestro país las enfermedades cardiovascualares representan la principal causa de muerte habiéndose producido 122.097 muertes, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística. «Las enfermedades cardiovasculares representan la primera causa de muerte e invalidez (pérdida de capacidad laboral, funcionalidad, reducción de calidad de vida, etc.) a nivel global. El ictus es la primera causa de muerte de la mujer en España y el infarto de miocardio en el caso de los hombres», señala González Juanatey.
No solo en países desarrollados
De hecho, señala que estas enfermedades no son propias de países desarrollados. «En los países subdesarrollados o en vías de desarrollo como los de América Latina el impacto de las enfermedades cardiovasculares es extraordinario. También en países de Europa del Este, por el tabaquismo, la obesidad…es necesario evitar el deterioro de la calidad de vida», señala González Juanatey.
«La gran mayoría de las muertes, más del 80%, ocurren en países de ingresos medios y bajos. Estas enfermedades afectan a personas que viven en poblaciones rurales en la India y África a pequeñas ciudades en Chile o grandes urbes de Estados Unidos, China y Europa», señala también Valentín Fuster en su número especial dedicado a estas enfermedades de Scientific American.
Enfermedades infecciosas
Sin embargo, en los países de ingresos bajos, la causa predominante de defunción son las enfermedades infecciosas: en conjunto, las infecciones de las vías respiratorias bajas, la infección por el VIH/sida, las enfermedades diarreicas, el paludismo y la tuberculosis causan casi una tercera parte de las muertes en esos países, señala la OMS.
Entonces, si el ébola no está entre las enfermedades que más muertos causa, ¿por qué preocupa más que las enfermedades cardiovasculares con 17,5 millones de muertes en 2012, o que el VIH con 1,6 millones de fallecimientos, o la malaria con 627.000?
«Este brote es diferente a otros que ha habido de ébola porque ha provocado muchos contagios y muertes. Se debe a que la cepa de Zaire, que es la actual, tiene más morbimortalidad. Por ello, todos los esfuerzos por investigar no están demás pero otras enfermedades como la malaria están olvidadas. Se está investigando una vacuna, nuevos fármacos aunque lo necesario es una buena educación sanitaria, es decir, informar a la población. Se podría hacer más pero como no nos afecta a nosotros…», lamenta Mar Lago, médico de Medicina Tropical y Medicina Interna del Hospital La Paz-Carlos III, miembro del equipo que atiende a Teresa Romero.
No se moviliza a la sociedad
De todas formas, esta experta matiza que la diferencia entre el ébola y otras enfermedades como la malaria es que esta última tiene mucha morbimortalidad porque se trata a destiempo y produce complicaciones pero tiene tratamiento y se cura. «En el caso del ébola no hay tratamiento y la superviviencia depende de la inmunidad de las personas, de si la carga virual es baja y la respuesta inmune es potente. En el caso del sida, si bien no hay cura, también hay tratamiento», añade.
«La malaria tiene un patrón estacional, está siempre en África, se transmite por mosquitos y siempre cuando llueve hay epidemias, es endémica, mientras que el ébola es epidémico», añade. Esto ha llevado, señalan algunos expertos, a que «pese a matar mucha gente y muchos niños menores de cinco años, es endémica y por eso no consigue movilizar a la sociedad porque no se ve como una amenaza».
Contagio en progresión geométrica
Es decir, las epidemias rompen un equilibrio, amenazan y son imparables. A esto se suma en el caso del ébola la tasa de contagio: un contagio genera otros dos dándose una progresión geométrica. A ello se suma que el ébola afecta a personas sanas y de toda condición, sumado el personal sanitario y que no hay tratamiento ni vacunas.
En el caso del VIH, por ejemplo, es más difícil el contagio que por ébola. La forma más peligrosa en el caso del VIH es el coito anal receptivo desde un seropositivo a un negativo. En ese caso, el riesgo es de un 5%, es decir, 1 de cada 20 coitos anales sin protección. En el caso del ébola, una misma familia, 1 de cada 5 se contagia. A esto se suma que la aparición de nuevos casos se retrasa como mucho 21 días, tiene más velocidad que el VIH.
«En el caso del sida, la gente se muere porque no se diagnostica, no sabe que está infectada y el desarrollo de la enfermedad lleva a la muerte. El VIH se está investigando en los países desarrollados y los pacientes están muy bien tratados, pero en el caso de África los medicamentos no llegan o son de laboratorios poco fiables o están caducados», lamenta Mar Lago.
Sin embargo, la letalidad del VIH es del 100%, mientras que la del ébola es del 50% en Sierra Leona, Liberia y Guinea Conakry. «Si fuese el VIH fuese a la misma velocidad que el ébola algunos países hubieran desaparecido. En el caso de la tuberculosis, el promedio de vida en ausencia de tratamiento es de siete años, en el caso del VIH, se tarda una década en aparecer los síntomas y otra en el fallecimiento, pero el ébola te puede matar entre 7 y 14 días», señala un experto.
Las enfermedades transmisibles, maternas, perinatales y relacionadas con la nutrición causaron en conjunto una 23% de las muertes en el mundo, y los traumatismos, un 9%.
Fuente: http://www.abc.es/sociedad/20141029/abci-principales-causas-muerte-mundo-201410282237.html