Hace exactamente 52 años murió el hombre que más premios Oscar ganó en su vida: Walt Disney. Más menos, todos conocemos sus pergaminos: creó a Mickey, inventó Disneylandia, fundó uno de los estudios más importantes de la historia del cine, fue nominado a 59 estatuillas de la Academia del Cine de Hollywood y ganó 26… Pero siempre, desde su muerte el 15 de diciembre de 1962 hasta hoy, hubo un dato que sobresalió por sobre el resto: todos creemos que fue congelado.
Hoy, en tiempos en que la ciencia ficción está quedando ingenua ante la realidad, la pregunta surge y resurge: ¿es realmente un mito o hay algo de verdad? Y en todo caso, ¿de dónde salió? Como suele suceder, fueron las circunstancias las que promovieron el misterio.
Fumador compulsivo, la causa de muerte de Disney fue un cáncer de pulmón. A fines de 1966 fue sometido a una cirugía en la que le sacaron el pulmón izquierdo. La intervención no prosperó. Poco después, el 30 de noviembre, fue internado en el hospital St. Joseph de Burbank, en California.
Allí pasó su cumpleaños número 65, el 5 de diciembre, y se mostró feliz y sonriente para los medios. Además, el cáncer no se había comunicado con tiempo sino que era un estricto secreto. De hecho, dejó que lo fotografiaran dibujando para mostrar su supuesto bienestar. Esa vocación por mostrarse fuerte fue tal vez el primer ladrillo del mito: ¿cómo podía ser que tan solo 10 días después de su feliz cumpleaños muriera tan súbitamente?, se preguntaría el público que lo había visto sonreír en la foto.
Pero entonces, ya con la muerte consumada, comenzaron los verdadero mensajes mitificadores. No fue él el responsable sino su familia. Si la prensa pudo acceder a sus últimos días, nada de cámaras y periodistas en el funeral. Al contrario, la ceremonia fue también un festival de secretismos: solo los íntimos pudieron despedirlo. ¿Cuántos son los hombres o mujeres que pueden confirmar haber visto el cadáver de Walt? Pocos, muy pocos. Su hija por ejemplo, Diane Disney Miller, murió en el 2013.
Portada del diario que anunció la muerte de Walt Disney.
Otro punto misterioso (dados a encontrar misterios, hasta el gesto de Mickey en el minuto 17 del largometraje Fantasía podría ser un mensaje velado…), es que la familia pidió que no se enviasen flores al cementerio. Walt fue enterrado en el Forest Lawn Memorial Park de Glendale, en Los Ángeles, pero en vez de recordarlo con coronas se pidió que el dinero de las flores se donaran al Instituto de Artes de California que el mismo Disney había creado.
¿Fue un gesto de respeto a la filantropía del cineasta? Es probable, pero no faltó quien dijera que en verdad era un método de recaudación fraudulenta para sustentar los gastos de la criogenización.
Por supuesto, ser congelado no era (no es, estimo), algo barato. La técnica consiste en poner el cuerpo en criostato (también se hablaba de nitrógeno), sustancia que conserva los tejidos y los órganos en perfecto estado. Luego, cuando la medicina resuelve el problema -pongamos, el cáncer- uno puede ser descongelado y todo se mantiene como antes. Por supuesto, suena ciencia ficción, pero no es muy distinto al proceso por medio del cual se congelan óvulos y esperma. En el caso de Disney además se decía que se le había reemplazado la sangre por un líquido que no cristalizaba y facilitaba el proceso.
Los libros de historia muestran que en Estados Unidos en esa época ya había más de 5 empresas que experimentaban con estos métodos y ofrecían el servicio de la eternidad. No era algo del todo irrisorio: sin ir más lejos, el primer ser humano en ser congelado no fue el bueno de Walt sino un tal James Bedford. Sucedió el 12 de enero de 1967, menos de un mes después de la muerte de Disney. ¿Casualidad? No es azar, no es azar, es una obsesión…
Primeros dibujos de Mickey.
Hijo de una relación extramatrimonial, el nombre verdadero de Walt era Walter Elias D’isigny. El cambio a Disney fue producto de la americanización de su familia, que llegó a Estados Unidos desde Europa. Nació en 1901 en Chicago, aunque algunas biografías dicen que lo hizo en España. En 1923 fundó junto a su hermano lo que luego se convertiría en un imperio: Disney Bross Estudios. En 1928 creó a Mickey Mouse (se iba a llamar Mortimer, como la esponja -aunque él ni idea tenía de la esponja, claro, pero su esposa le recomendó Mickey). En 1946 trabajó con Salvador Dalí en la película animada Destino. En 1955 inauguró Disneylandia (inicialmente no lo pensó como un parque de diversiones sino como un campus estudiantil).
La creación de Disney World no es menor. Las teorías más fantasiosas dicen que su cuerpo -congelado- está debajo de algunas de las atracciones del parque. Obviamente, todo lo disparatado cuenta con el favor de los fantasiosos. ¿Y qué son sino fantasiosos los amantes del mundo animado?
La verdad es que Walt Disney fue cremado dos días después de su muerte. Sus restos están en la bóveda de la familia en el ya nombrado cementerio Forest Lawn Memorial Park.
La muerte de este misterio no es, de todos modos, la muerte del misterio. Walt Disney fue un hombre de secretos. En los noventa salió a la luz que había sido informante del FBI y que la agencia incluso había intervenido en alguno de sus guiones. ¿Intervino en el guión del relato de su muerte? Si hay que echar leña a la hoguera de la especulación, quién sabe si no era conveniente que su recuerdo fuera para siempre el de un hombre de bigote congelado y no, tanto más antipático, el del espía que se había metido en nuestras casas.