La ecuación era tan atractiva que en los últimos años hasta autos familiares de alta gama se pasaron al gas natural comprimido (GNC). Con equipos accesibles y gas subsidiado, se había llegado a 500 conversiones por día, el registro más alto de la década. Pero en pocos días las condiciones cambiaron y el combustible dejó de ser tan buen negocio para sus 1.800.000 usuarios de todo el país.
Sucede que este mes, con el alza de las tarifas domiciliarias, también se disparó el precio del gas en surtidores. Y en Capital, de repente, las estaciones de servicio remarcaron el producto más de un 60%.
Una recorrida de Clarín por distintos barrios porteños verificó que el metro cúbico de GNC ya se vende a un promedio de $ 6,75, aunque en algunas playas superó el techo de los $ 7. Así, de pronto, cargar gas pasó a costar más del doble que hace un año, cuando el fluido aún rondaba los $ 3,30 y podía encontrarse de oferta a $ 2,60.
Como ejemplo, una estación de servicio de Constitución expendía el gas a $ 2,89 por metro cúbico hace 12 meses y en febrero todavía lo tenía a $ 3,69, pero este mes lo llevó a $ 6,79: 89% de golpe y un 135% anual. Otro caso: en un local de Once que vendía el gas a $ 3,40 en abril pasado y a $ 4 hace dos meses, esta semana la pizarra marcó $ 6,999, un alza repentina del 75% y del 106% en un año.
Con estos cambios, se achicó la brecha entre el GNC y la nafta, que en el último año se encareció “sólo” 34%. Si antes con lo que salía un litro de súper en YPF se podía comprar 3,5 metros cúbicos de gas, hoy sólo alcanza para 2,3. Aún así, Clarín calculó que moverse usando GNC sigue siendo 61% más barato que hacerlo con nafta súper: genera un ahorro de $ 95 cada 100 kilómetros.
La inversión de pasarse a gas, de todos modos, ya no seduce tanto. Primero, porque antes el ahorro era mucho mayor, de casi 75%. Segundo, porque los equipos de GNC se hicieron más costosos: los de quinta generación (el 70% del mercado) pasaron en un año de $ 15.500 de media a unos $ 20.000. Tercero, porque la financiación en 12 cuotas, antes gratuita, hoy puede implicar recargos del 40%.
En total, recuperar la inversión hoy requiere recorrer más de 20.900 kilómetros. Son unos 3.000 más que antes, el equivalente a 7,5 viajes a Mar del Plata. Así, recorriendo 10.000 kilómetros anuales, ya se demora más de 25 meses en ahorrar tanto como el costo del equipo. Sólo triplicando ese nivel de uso del coche se lo logra en poco más de ocho meses, algo difícil para una familia común. Una diferencia que ya se siente en los antiguos escenarios del auge.
“El año había empezado bien en los talleres, pero la tendencia se revirtió. En especial en los del interior, donde el metro cúbico llegó a $ 10”, lamentó Hugo Lamy, titular de la Cámara de Productores de Equipos de Gas.
En Macro Gas, un negocio de Villa Urquiza, cuentan por ejemplo que en lo que va del año las consultas les bajaron un 80% y las conversiones, un 50%. “El boom pasó. Bajó el trabajo por el aumento del gas, pero también por la menor financiación”, contaron. En MasterGas, un taller de Villa Pueyrredón, también notaron “un parate” por la suba del gas, aunque aseguran que luego cedió porque “la gente vio que el gas sigue conviniendo”.
“La brecha ahora es mínima”, protesta sin embargo Juan Cimino, un remisero de Ituzaingó que hace un mes pagó $ 23.000 para convertir un Vento: “Pensaba recuperarlo en un año, pero ahora me llevará mucho más. De haber sabido no lo hacía, estoy arrepentidísimo”.
El problema es que el precio del gas podría seguir escalando. Según Enrique Fridman, líder de la Cámara de Expendedores de GNC, los nuevos costos imponen un precio de entre 7 y 9 pesos en la Ciudad. “Para que el negocio cierre los que aún venden por debajo de esas cifras no tendrán más opción que aumentar”, advirtió.
Fuente http://www.clarin.com/sociedad/duplico-precio-GNC-negocio-convertir_0_1558644601.html