Las estrellas se mostraron «conmovidas» al saber que sus melodías eran usadas en la campaña y denunciaron la emisión de sus canciones sin permiso ni control. De esta forma, los artistas tratan de evitar que sus composiciones se asocien con Trump, ya que consideran que su imagen puede resultar dañada por el repetido uso de sus canciones en la batalla electoral, informó la agencia de noticias EFE. La música -pese a que las canciones están protegidas por los derechos de autor- siempre arrastra sentimientos y una canción popular puede atraer a una masa de votantes, sobre todo a los jóvenes. En la esfera de la política estadounidense son sonados los casos de artistas que rechazaron abiertamente que determinada perspectiva política toque sus composiciones. Una de las demandas más populares fue contra otro candidato republicano: Ronald Reagan. En su campaña de 1984, el actor convertido en candidato presidencial tomo prestada la canción «Born in the USA», de Bruce Springsteen. El Boss tardó poco en rechazar esta actuación que, por otro lado, malinterpretaba el sentido trágico de la composición. Springsteen, años después, apoyó abiertamente a Barack Obama, igual que otros muchos artistas que siempre se mueven dentro de la esfera demócrata estadounidense. Pero esta tradición «liberal» en EEUU se remonta al apoyo, entre otros, de Frank Sinatra a la campaña de Franklin Delano Roosevelt en 1940 o John F. Kennedy en 1960. Otros políticos, como George W. Bush usando la canción «Angie» de los Rolling Stones, o John McCain, han utilizado -ellos o sus equipos electorales- canciones pegadizas sin permiso ni derechos, por lo que tuvieron que indemnizar, en algunos casos, a los artistas afectados. Según los expertos, lo más sencillo es pactar con los cantantes las melodías para uso electoral. Ejemplos de éxito hay muchos, como por ejemplo «La Macarena», de Los del Río, en la candidatura de Bill Clinton en 1997.
Los Rolling Stones, entre los artistas que le prohíben usar sus canciones a Trump
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