Una crisis de desabastecimiento y escasez golpea fuertemente a la nación bolivariana. Encontrar los productos es un verdadero viacrucis para los ciudadanos que deben visitar al menos unos siete establecimientos a la semana para poder completar las compras. Aquellos días en los que llegaban grandes cargas a los puertos y la producción nacional ayudaba a llenar los los supermercados quedaron en el pasado. En las calles de Caracas desde muy temprano se puede observar muchedumbres desesperadas por los productos más esenciales de la dieta básica como: arroz, café, leche aceite o harina de maíz. A las afueras de las cadenas de la red estatal de alimentos (Mercal, Pdval y Bicentenario), es donde más se agrupa la gente, ya que es allí donde llegan con mayor frecuencia el abastecimiento. El colmo: en un comunicado firmado por el vicepresidente Jorge Arreaza se informó que se ordenó al portal mercadolibre.com.ve/ que limite las ventas de determinados productos en el país. En la web los venezolanos aún tenían la opción de ofrecer o conseguir sin restricciones desde medicamentos hasta baterías para automóviles, escasas en la nación petrolera desde que mermaron sus importaciones por escasez de dólares (tal como sucede en el ocaso K en la Argentina). Hay elecciones de renovación legislativa, y el gobierno de Nicolás Maduro, que tambalea, amenaza a opositores y hasta los asesina creyendo que el miedo le permitirá seguir en el poder.