Marcha de Pañuelos Negros: ¿Apertura política o un acto aislado?
En una jornada donde se mezclaron emociones y tensiones, la organización Pañuelos Negros se reunió frente a la Casa Rosada para exigir un indulto para represores condenados. Con la sombra de la política actual y el eco de la oposición, esta manifestación expondrá las profundas divisiones dentro de la sociedad argentina.
Durante la tarde del evento, Asunción Benedict, figura destacada de Pañuelos Negros y hermana del diputado Beltrán Benedict, comunicó: “Mañana entregaremos un petitorio al presidente Javier Milei solicitando un indulto.” Esta demanda se presenta como un paso audaz en un país que aún lidia con su pasado. La convocatoria, aunque pequeña, atrajo a grupos de militares y civiles, especialmente del norte argentino.

Desarrollo de la manifestación y el contexto social
Programada para las 16 horas, la organización del evento se vio influenciada por sugerencias del Ministerio de Seguridad de cambiar su ubicación para evitar conflictos con una marcha en apoyo a Palestina. A pesar de esta advertencia, los asistentes comenzaron a reunirse antes de lo previsto y se retiraron antes de que llegaran los otros manifestantes.
Momentos tensos marcaron la jornada, con militantes que se oponían abiertamente al acto, elevando gritos de protesta que interrumpieron a los oradores que utilizaban un megáfono. Frases como “¡Asesinos!” y “¡Devuelvan a los nietos!” resonaron con fuerza contra la celebración de quienes piden la liberación de los represores.
Marcela, una de las activistas presentes, declaró: “Vinimos a contrarrestar la marcha a favor de los genocidas. La sociedad no va a permitir que se altere la memoria de los 30 mil compañeros detenidos-desaparecidos.” Su presencia fue fundamental para minimizar el impacto del acto.
Divergencias dentro del movimiento y la presencia de militares
Entre las filas de los manifestantes, la mayoría eran adultos mayores, entre los que figuraban militares y civiles. Sin embargo, la convocatoria evidenció las fracturas en la comunidad militar; Orlando “Hormiga” González, un ex represor, se distanció de la organización por desacuerdos con otros líderes. A su vez, nombres conocidos del oficialismo brillaron por su ausencia, lo que generó preocupación sobre la falta de apoyo gubernamental al evento.

Benedict defendió su postura, insistiendo que su vínculo familiar con Beltrán no implica respaldo gubernamental. Además, subrayó: “No hemos recibido ningún apoyo. Este es nuestro acto y nuestra voz.”
Un eco de reivindicación entre nostalgias y recuerdos
A pesar de su distancia del oficialismo, la manifestación tuvo un trasfondo entusiasta y nostálgico. Asistentes expresaron la sensación de haber sido invisibilizados tras el regreso de la democracia, y muchos se sintieron orgullosos de su rol en el pasado. “Nosotros diezmamos a la subversión,” afirmó un veterano, reafirmando la idea de un reconocimiento de héroes perdidos a lo largo de la historia.
El evento culminó con oraciones religiosas y un sentido de unidad entre los asistentes, quienes clamaban por la injusticia de sus condenas, y aseguraban que ahora la verdad se comienza a conocer. “Todos estos años se deshumanizó a los militares,” dijo uno de los oradores, haciendo alusión a las visiones distorsionadas que han lidiado con su historia.

