«Es gratificante saber que aún queda, para los textos, la sana costumbre de incomodar. Y es bueno también entender cómo funciona la libertad de expresión en este mundo sin límites para el ejercicio de la literatura, todo puede ser dicho, pero no todo puede ser auspiciado», reflexionó Marchetti durante una entrevista con Télam. En el ph del barrio porteño de San Telmo que comparte con su mujer, la diputada Victoria Donda, y Trilce, la hija de ambos, de un año y nueve meses, el creador repasó su historia profesional y los afluentes que riegan su presente artístico. «Debería darme cuenta de que mis pensamientos no sólo son incómodos: también están mucho más podridos que esa basura que todos los días saco en una bolsa de plástico para delicia de un montón de pobres», opinó sobre su obra. En esa cuerda, reveló que los escritos de «Pensamientos incómodos» «los armé con la incomodidad cuantificable en la negación de dos editores a publicarme en una revista y la expulsión de un empresario a pedido de uno de los principales anunciantes de un medio en el que yo trabajaba». Al visitar su tránsito por los medios, recordó que la revista cultural «La Maga» (1991-1998) «me dio el aprendizaje del oficio de periodista porque tuve como maestros a muy buenos profesionales. Todo ese oficio lo volqué en experiencias en ‘La García’, una revista de música donde fui jefe de redacción, y en la dirección y fundación de ‘Barcelona’, en la cual pasé nueve años de mi vida». Acerca de su salida de la publicación satírica lanzada en abril de 2003, indicó que «llegó un punto, cuando me dije que la revista debía tener un cambio o agregarle cosas, que no tuve el consenso general y me fui y Barcelona sigue su marcha. Me queda la gran satisfacción de haber torcido la realidad de las noticias con ironía, con crudeza en muchos casos. Marcamos una gran diferencia con el resto desde el comienzo». En relación a la música, el pelado evocó su paso por Sometidos por Morgan que, dijo, «era una banda de rock sin limitaciones. Nos divertíamos mucho y grabamos dos discos: ‘Ludomático’ y ‘Jogging'». «Después del final del grupo -continuó- me aboqué más al tango, a la música del Río de la Plata y formamos el Conjunto Falopa con el que nos estamos presentando en el Tasso». La formación que comparte con los guitarristas Federico Marquestó (quien a su vez se encarga de los arreglos y de la dirección musical), Juan Spolidoro, Juan Krymkiewicz y Miguel Ibañez, tiene en bateas su cuarto disco «Glam Libertario». «Debería darme cuenta de que mis pensamientos no sólo son incómodos: también están mucho más podridos que esa basura que todos los días saco en una bolsa de plástico para delicia de un montón de pobres» La placa, con arreglos de cuerdas, vientos e invitados como Facundo Farías Gómez en percusión, Daniel Semilla Júarez en trompeta, Agustín Barbieri en batería, Mauro Echeverría en trombón, Juan Huici en contrabajo, Acho Astol y Dolores Solá de La Chicana en voces, está siendo visitada en la serie de recitales en el Tasso (Defensa 1575), que comenzaron el miércoles pasado y se repetirán los días 13 y 27, siempre a las 21. «Somos un quinteto de guitarras y otras cuerdas bastardas y cantor. Es música de las orillas de un río marrón. Somos tango, vals y milonga, en fin, canción urbana. Por ahí le metemos una chacarera, una zamba, un chamamé o una cumbia, somos muy amplios», definió la experiencia. Aunque está enfocado en esa labor, Pablo también formó un dúo con el guitarrista Rafa Varela, con quien está grabando un disco que lo sigue vinculando al tango. «El tango hoy tiene nuevas figuras importantes que escriben de otra forma que en tiempos pasados. Sólo se necesita de la difusión y que la gente conozca las propuestas ricas que existen y que hacen los Cucuza-Castiello, La Chicana, La Fernández Fierro. En fin, laburantes de la música que desde lo emergente quieren subir a primera», opinó.
Marchetti canta y escribe sobre «una época donde poco puede ser cambiado»
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