Mario Segovia, conocido como «el rey de la efedrina», entregó a la justicia pruebas de su vínculo con el ex jefe de Gabinete kirchnerista Aníbal Fernández. Y está listo para ampliar la historia con más detalles de su visita a quien entonces, en 2008, era ministro de Justicia. Segovia, capturado en 2008 y condenado a 14 años de prisión por el contrabando agravado de efedrina, declaró por primera vez y en secreto el miércoles pasado durante una hora y media, en la cual explicó sus motivos y puso a prueba sus intenciones: señaló a una persona clave en el equipo que permitía los negocios con la droga, aunque su oficina quedaba en la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y a Lucha contra el Narcotráfico, la oblicua Sedronar. Sus datos, teléfonos y correos ya están bajo la lupa judicial. Un día después, en nombre de Segovia, que pide incorporarse al programa de testigos protegidos, su abogado José Velázquez entregó a la justicia «un manuscrito de interés» a las causas que ahora vuelven a sacudirse. El texto -según publicó el diario Clarín- y las condiciones bajo las cuales fue escrito podrían tener consecuencias flamígeras. Bajo el acápite de «Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos», se lee una lista de «requisitos» que Segovia debería entregar para obtener la portación para su arma de fuego: «1 fotocopia del DNI; 1 fotocopia CLU (Credencial de Legítimo Usuario de armas); certificado de ingresos (contador); formulario 06 (nosotros); certificado de firmas (nosotros o gestor); certificado de antecedentes penales (nosotros)». Debajo, el precio del trámite y el plazo: «u$s 7.000, una semana». Fue escrito por uno de los más estrechos colaboradores de Aníbal Fernández, que trabajaba como su secretario y cuyo nombre este diario por ahora mantiene en reserva para no entorpecer la investigación judicial. Su dueño aconseja a la jueza chequear la autenticidad del texto con una pericia caligráfica. «Yo he tenido la ocasión de conocerlo a Aníbal Fernández. Una vez fui a su oficina en el ministerio de Justicia, en el 5° piso. Se entraba por el garaje. Subís por ascensor reciclado que usa el ministro nada más», explica Segovia. «Una vez que salís del ascensor, te dirigís a tu derecha y te encontrás con dos oficinas, una a la izquierda y otra a la derecha. Al final hay una puerta que da a una suerte de living: a la izquierda estaba la oficina de (el autor del manuscrito) creo, secretario general y privado y de confianza absoluta de Aníbal. Y a la derecha la oficina de Aníbal. Ese día me entregó este papel». Pero aún incompleto. «Al llegar a mi casa veo que en el revés -de la hoja- había información bastante valiosa y por ello decido guardarlo», explica Segovia. Esa otra carilla de texto, que hoy difunde Clarín, contiene indicaciones y números más explosivos todavía. Sin conocer el motivo y el destinatario, se lee por ejemplo «mandar mail (Aníbal) para que mande la orden (Andrés Peralta) tramitar pasaportes (una semana): u$s 1.500 dólares cada uno». O «tramitar portación (Luis Rivaya) Galicia austral director (ojo, amigo de Néstor, quedar bien y cuando esté el trámite dar en mano (Andrés urgente, orden Aníbal F)». Más anotaciones: «Avisar (Andrés) que imprima la portación de (Ricardo Di Maio) que es amigo personal del juez Luis Genou (se refiere al titular de la Corte Suprema de Justicia bonaerense Luis Genoud) orden (Aníbal F)». O la más intrigante «llamar a la noche (Alejandro) para que a primera hora le diga a la (Morza F.) que Andrés tiene para él u$s 150.000».
Mario Segovia,El rey de la efedrina, complicó a Aníbal Fernández
Que opinas? Deja tu comentario