Pese a que no asistió a la apertura de la asamblea legislativa, el líder de La Cámpora cargó contra el Presidente. También hubo duras críticas de los bloques del FpV de ambas cámaras
Aun cuando parte de su fuero de consejeros íntimos le recomendaron enfocarse en el futuro, Mauricio Macri sorprendió hoy con una diatriba cargada de cuestionamientos a la gestión anterior. Ante el pleno del Congreso, el Presidente dedicó buena parte de su presentación en la apertura del año legislativo a reprochar la «herencia». Habló de corrupción, de incompetencia, despilfarro. «Este diagnóstico no debe servir para deprimirnos ni enojarnos, sino para tomar conciencia», disparó.
El racconto despertó aplausos enérgicos en el oficialismo. En tanto, la oposición kirchnerista se dirimió entre responder con caras largas y retrucar con acusaciones.
Terminada la alocución, las reacciones no se hicieron esperar. Previsible, el Frente para la Victoria lo hizo con duras críticas. Y uno de los portavoces fue Máximo Kirchner, quien en lugar de asistir a la inauguración del año legislativo estuvo en Santa Cruz para presenciar el acto que encabezó Alicia Kirchner en la legislatura provincial.
En declaraciones radiales, el hijo de la ex Presidente y diputado nacional consideró que «los conceptos vertidos (por Macri) fueron mediocres y están dirigidos a un núcleo de votantes y no al conjunto de la sociedad».
«Creo que la plaza que había fuera del Congreso habla mucho también de lo que provoca el Gobierno. Es un Gobierno que tiene mucho aire en los medios pero cada vez tiene menos aire en las calles», lanzó. «Escuchen el discurso de Néstor cuando asumió en el 2003 con la problemática que tenía el país con la desocupación y una sociedad quebrada en su ánimo. Comparen esos dos discursos y vean quién se hizo cargo de las cosas y quién es siempre de teflón», remató.
El líder camporista fue muy duro con el Ejecutivo por el inminente arreglo con los holdouts que cerrará el capítulo del default. «Creo que el debate en el Congreso debe ser lo más sano posible, pero no hay que acordar con los fondos buitres de cualquier manera».
Tras criticar el pasado del ministro de Hacienda, Adolfo Prat-Gay, y el titular del Banco Central, Federico Sturzenegger, señaló: «Hoy el Presidente hablaba de la viveza criolla, ojalá también se preocupe de la viveza gringa de comprar bonos en default a muy bajo precio y llevarse todo de un saque a costa del pueblo argentino».
La tónica con la que respondió Máximo Kirchner pareció acaso moderada al lado de la reacción que tuvo el bloque que integra en la Cámara baja. En un comunicado, la bancada que lidera Héctor Recalde calificó el discurso de «violento y plagado de falsedades». «Con una catarata de agresiones y descalificaciones nos faltó el respeto no solo a nosotros, sino a los millones de argentinos que representamos», indicaron los legisladores.
«Macri es, sin dudas, el presidente que mejor recibió el país desde el regreso de la democracia. Haber dedicado medio discurso a la supuesta «pesada herencia» no puede ser catalogado de otra manera que de cinismo. Si su repaso del pasado resultó falaz, su propuesta a futuro fue aún más preocupante. Fue una propuesta vacía», remarcaron.
Como Máximo Kirchner, mencionaron el litigio por la deuda impaga: «En realidad el trasfondo del discurso tiene un solo objetivo: someter la soberanía nacional a (Thomas) Griesa y allanarse al reclamo buitre, buscando la derogación de la ley cerrojo y la de pago soberano. Solo pueden confundirse los que van a dar quórum a la dependencia y el endeudamiento».
Por el lado del Senado, Miguel Ángel Pichetto aseguró que Macri «hizo una revisión parcial y sesgada de la historia, injusta y discutible, y además desaprovechó en su discurso de apertura de las sesiones ordinarias la oportunidad que tenía de convocar a un verdadero esfuerzo a todos los argentinos».
«El tramo del discurso que debía ser propositivo y detallar una agenda de solución de los problemas de los argentinos fue muy débil, casi vacío. Si nos atenemos al discurso del Presidente parece que no se comprende la importancia del acuerdo público de gobernabilidad para la Nación y las provincias que le hemos propuesto nosotros en reiteradas oportunidades y que deseamos llevar adelante para el bien de todos los argentinos», culminó.