Lifschitz, de 60 años, fue dos veces intendente de Rosario y hoy inició el tercer gobierno socialista de la provincia tras los mandatos de Hermes Binner (2007-2011) y Bonfatti (2011-2015) luego de imponerse en las elecciones celebradas el 14 de junio pasado, en fórmula con el radical Miguel Fascendini. Tras jurar su mandato por la Patria y por su honor y recibir el mando de parte de Antonio Bonfatti, Lifschitz aseguró que su gobierno será «bien progresista, bien cívico y bien social», en alusión al Frente que conforman el PS y la UCR como socios principales y que lo llevó al triunfo. El gobernador admitió haber accedido al cargo «gracias a la voluntad popular» pero en «la elección más reñida de la que se tenga memoria», por lo que evaluó que «los santafesinos nos dejaron un claro mensaje, que yo he interpretado cabalmente: nadie es dueño de la verdad, nadie puede arrogarse la representación de la totalidad». «Por ello, la impronta del nuevo gobierno debe ser de diálogo, de puertas abiertas, de concertación y de construcción colectiva», añadió. En ese sentido se refirió a sus rivales en las elecciones, el justicialista Omar Perotti y el cómico Miguel Del Sel, de Unión PRO, a quienes calificó de «dignos adversarios» y adelantó que estarán a su lado «para compartir una visión sobre el futuro de nuestra provincia y también para enfrentar los difíciles problemas del presente». Al hablar de los desafíos que enfrenta la provincia, dijo que sueña con «darle forma e impulsar un gran Proyecto Estratégico para el Norte santafesino, pensándolo como una gran región geográfica, económica y socialmente integrada al Norte Grande Argentino, junto a Santiago del Estero y al Chaco, pero también conformando una unidad territorial indisolublemente vinculada al sur santafesino en una mirada integradora de la provincia». «Para ello deberemos invertir en obras públicas, en infraestructura, porque eso es esencial para generar las bases genuinas del crecimiento económico, de la generación de trabajo y también para la mejora de la calidad de vida de sus habitantes», añadió. En esa línea, dijo que es necesario promover la iniciativa privada, «porque el verdadero desarrollo llega solo de la mano de la inversión productiva y para ello vamos a promover múltiples medidas de promoción, de aliento y de apoyo, para que los actuales empresarios del norte o nuevos emprendedores puedan crecer o generar nuevos proyectos y más trabajo». También adelantó que combatirá la corrupción y que pretende encabezar «un gobierno honesto, transparente y decente, siguiendo una impronta que caracteriza a esta provincia: menos retórica y más acción». Más adelante consideró que «la violencia y la inseguridad se relacionan de manera directa con la falta de igualdad y con la de justicia». «Si queremos tener una sociedad más segura, con menores niveles de violencia, de inseguridad, tenemos que trabajar de manera efectiva para disminuir la brecha de desigualdad en nuestra sociedad y para que la justicia sea una realidad, para eliminar la idea de impunidad, la sensación de impunidad o la impunidad misma», completó. Sobre el particular, anunció que invitará a representantes del Poder legislativo y del Poder judicial «para integrar junto a miembros del gobierno la Junta Provincial de Seguridad, que será un ámbito de diálogo y de planificación interinstitucional para enfrentar los desafíos de la violencia y la inseguridad». Sobre el final, mencionó al narcotráfico como «un flagelo, uno de los grandes problemas del mundo en el Siglo XXI» y se comprometió a arbitrar desde el Estado los medios para combatir su acción.
Miguel Lifschitz nuevo gobernador de Santa Fe
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