Motochorros balean a repartidor de Glovo cuando entregaba un kilo de helado

Kevin Sanhueza (27) estudia Arquitectura. Recibió un tiro en el pecho y está internado.

«Che, che… Acabo de recibir un disparo». El audio le llegó a uno de los tantos repartidores de la red Glovo, un servicio a pedido que compra, recoge y entrega todo lo que se solicita a través de la aplicación. Era de su compañero Kevin Sanhueza (27) que hoy permanece internado en estado delicado luego de haber sido baleado por dos motochorros que intentaron asaltarlo cuando esperaba para entregar un kilo de helado en La Plata. No fue el único audio del hecho que difundió el portal 0221.com.ar. También un cliente de la app avisó a la red sobre lo que le había pasado a Kevin: «Loco, estoy acá con un compañero de ustedes, que ha venido en bicicleta de Glovo. Le acaban de pegar un tiro». No es el único episodio que se registró entre repartidores: la empresa, que se puso a disposición de la víctima y su familia, confirmó que está en contacto con autoridades por estos hechos. Fue el sábado a la madrugada en la calle 16, entre 42 y 43, de La Plata. Kevin, un neuquino que se mudó a La Plata para estudiar arquitectura y que se sumó como mensajero independiente de Glovo para hacer un dinero extra y bancarse lo que le queda de la carrera, había llegado en bicicleta a la puerta de un edificio. Le habían encargado un kilo de helado por la aplicación. Fue en ese marco que aparecieron dos motochorros y le apuntaron con una pistola calibre .22, según los testigos. Kevin se habría resistido al robo y fue entonces que uno de los delincuentes le disparó en el pecho. El estudiante, que cursa quinto año de la carrera de Arquitectura, cayó inmediatamente al piso mientras los ladrones escapaban. En esa situación, Kevin les avisó a sus compañeros de Glovo de lo sucedido. «Che, che… Acabo de recibir un disparo», decía en el audio que les mandó. Para ese entonces, los vecinos ya habían llamado al 911 y un cliente de la aplicación también reportaba: «Le acaban de pegar un tiro». Kevin fue trasladado al Hospital San Martín de La Plata, donde fue operado por más de cinco horas. Tuvo lesiones en el estómago y en los intestinos delgado y grueso. Las primeras horas fueron dramáticas. Este domingo, Alberto Urban, el director de ese hospital, precisó al portal 0221.com.ar que el paciente tuvo «una mejoría y ya no tiene fiebre». Aunque su estado es crítico, el médico destacó que «está evolucionando muy bien, se encuentra consciente y habla». Hasta el hospital llegaron varios compañeros de la facultad de Arquitectura, de Glovo y también de la agrupación estudiantil Franja Morada para saber cómo evoluciona. La empresa Glovo difundió en la noche del domingo un comunicado en el que informó que «el equipo de Operaciones tomó diversas medidas» ante episodios de inseguridad sufridos por personal de la red, entre las que nombró «el seguimiento de las denuncias y las alertas realizadas por parte de repartidores y la reducción de las zonas de mayor riesgo donde la aplicación se encuentra disponible». De Neuquén a La Plata Kevin había llegado a La Plata a los 18 años desde su Neuquén natal, donde creció en el seno de un familia humilde. Quería ser Arquitecto y eligió la Universidad de La Plata (UNLP) para formarse y allí vive desde hace cinco años, junto a otros 199 estudiantes en el albergue que tiene esa casa de estudios. Los requisitos para acceder a uno de los 200 lugares del albergue de la UNLP, que ofrece cama, comida, carga en la SUBE, atención médica, una bicicleta y hasta atención psicológica; no son fáciles. Los alumnos deben mantener buenas calificaciones y avanzar a buen ritmo en sus estudios, según confiaron desde la UNLP a 0221.com.ar. Desde la agrupación estudiantil Franja Morada Arquitectura postearon en Facebook: «Kevin es un gran compañero, amigo de todos y todas, que todos los días dedica unos minutos a tomar unos mates con nosotros, que «estaciona» su bici atrás de la mesa y que hace unas semanas nos contaba que dejaba de usar la caja de Glovo por la ola de robos: hoy está en terapia intensiva en el Hospital San Martín». No fueron los únicos que re