La apertura del encuentro, mañana a las 17 en Av. Del Libertador 8151, ex ESMA, estará a cargo del director del Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti, Eduardo Jozami. La entrada es libre y gratuita. En esta segunda etapa, Eduardo Basualdo, Lulú Lobo, Carlos Herrera, Eugenia Calvo, Daniel Roldán y Diego Perrotta exhibirán sus obras en las distintas salas del Centro Cultural hasta el 10 de agosto. Además Matías Duville realizará la primera intervención en el jardín exterior del Centro Cultural Conti. En “Reflujo”, doble instalación, pensada y desarrollada específicamente para la sala 1 del Centro cultural Haroldo Conti, Eduardo Basualdo aborda la sensación de tiempo suspendido, el intersticio entre algo que fue y lo que hoy es, del cual pareciera imposible desplazarse o salir. Una serie de relojes sin números desperdigados por el suelo de la sala recuperan la ominosidad de un espacio que capa sobre capa seguirá guardando el recuerdo del cautiverio. En el cielo, una provocación al escape. En “Themes”, Lulú Lobo transforma la imposibilidad en peligro. Con la colaboración de Alejandro Fanlo, la artista tucumana construyó una pared -sin límites definidos, semidemolida y cubierta por estampas de xilografías sobre papel de seda- siempre a punto de caer sobre los espectadores. Un peligro latente a los alrededores que se intensifica con el trabajo de Matías Duville «Templo del Templo», restos de un dirigible estrellado en los jardines del Centro Cultural. La causa es la pregunta que moviliza este trabajo. Por su parte, en “Ingrávido” Carlos Herrera presenta fósiles –pequeños objetos- de lo cotidiano, pero el encuentro con ellos no es sólo fúnebre sino también interrogativo y vital. Una pregunta por una forma de vida – el ser de las cosas y los cuerpos en el tiempo – que la costumbre, el uso y el fetichismo velan. La muestra también jaquea la idea de pensar la historia desde una perspectiva monumental en detrimento de los pequeños detalles. En la sala V Eugenia Calvo exhibirá la videoinstalación “Doble fondo». Allí una antigua mesa se desmembra y convierte en ring de pelea mientras una lámpara se mueve incesante-mente. Los objetos aluden a un orden pasado y roto, sin embargo el movimiento de la lámpara incluye otra temporalidad, es la huella de un hecho o presencia reciente, la resistencia a aquello que fue desmontado y reordenado. Completa las muestras “Memoria en el caos y la intemperie” de Daniel Roldán y Diego Perrotta, dos nuevas intervenciones en el marco del ciclo Dos Paredes: sala y espacio en el que se convoca a diferentes artistas a trabajar en el lugar con la intención de poner en diálogo diversas poéticas y prácticas contemporáneas y cuestionar -a través de la creación como acto efímero- las reglas del mercado como medida para la circulación de las obras de arte.
Muestra de artes visuales en la ex Esma
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