Que Messi es un jugador de otro planeta pocos lo ponen en duda. Su forma de jugar al fútbol le ha convertido ya, a falta de varios años aún para su retirada, en uno de los más grandes de la historia de este deporte. Campeón de todo lo imaginable con su club, el FC Barcelona, tiene sin embargo una espina clavada con Argentina.
A los 30 títulos oficiales logrados con la camisa blaugrana no le han seguido los de la albiceleste. Solo un oro olímpico, conquistado allá por 2008, agrandan el palmarés del rosarino mientras representaba a su país. Por eso este próximo Mundial de Rusia se presenta como una de sus últimas oportunidades de dar la gloria a los argentinos, quien sabe si siendo su última Copa del Mundo.
Rusia debe ser el Mundial de Leo Messi. Pero a su lado deben responder los compañeros, otros jugadores que sirvan como apoyo y no dejen solo al 10 en tan ardua tarea, algo que ningún seleccionador ha conseguido hasta el momento, que es conjuntar un equipo en torno a Messi que lo convierta en campeón.
Y desde luego no es por falta de calidad. Si algo sobra en el país del mate es calidad futbolística, con jugadores (al margen de Messi) siendo las estrellas de algunos de los mejores equipos de Europa. Esto provoca que, entre los principales favoritos para vencer en Rusia, aparezca Argentina. Las apuestas para ganador del Mundial están muy igualadas, pero Messi y compañía ocupan un puesto alto entre los candidatos.
Todavía no es conocida la lista definitiva de jugadores que defenderán la albiceleste en junio, pero Jorge Sampaoli ya ha dejado algunas pistas de los que podrían ser los elegidos. Bajo palos la figura indiscutible es Sergio Romero. El arquero disputará su tercer campeonato del mundo con, probablemente, la titularidad en sus manos. En defensa son varios los nombres que aparecen, quizás la zona más débil del conjunto, con hombres aparentemente fijos como Otamendi, Mascherano, Mercado, Funes Mori, Mammana, Fazio o Pezella. Todos ellos con opciones de tener la camiseta de titular en Rusia, deberán pelearla con sus clubes para demostrar estar a la altura de las circunstancias.
En el centro del campo apenas quedan ya dudas respecto a los futbolistas que elegirá Sampaoli. Los nombres de Lucas Biglia, Banega, Enzo Pérez, Di María, Paredes y Acuña parecen seguros. Para completar esa nómina aparecen otros como Giovani Lo Celso, una de las sensaciones del año en el PSG de Cavani y Neymar; Matías Kranevitter, que parece haber encontrado la continuidad necesaria precisamente en Rusia con el Zenit de San Petersburgo; e incluso Papu Gómez, que sigue demostrando en Italia con Atalanta la calidad de sus botas. Sean quienes sean los elegidos, una nómina de calidad para escoltar el verdadero peligro de la selección: su ataque.
Y es que es en el área rival donde los de Sampaoli deberían hacerse grandes y dominar a los rivales, con jugadores de primer nivel mundial como Kun Agüero, Higuaín, Dybala, Mauro Icardi, Perotti o Lautaro Martínez. Goles por todas partes en un equipo que dejará fuera seguro a alguna de estas estrellas. Y por encima de todos ellos el ya mencionado Leo Messi, al que no se puede considerar ni delantero ni centrocampista, porque es capaz de ocupar casi todos los huecos que se proponga sobre el terreno de juego.
Con este plantel (a excepción de alguna novedad) afrontará Argentina el Mundial de Rusia, con la idea de volver a conquistar una Copa del Mundo que se resiste desde 1986, y que encumbraría a Leo Messi para muchos como el mejor de la historia. El astro del Barcelona confía en poder lograrlo, tras quedarse a las puertas en Brasil 2014 cayendo en la gran final contra Alemania.
La primera prueba de fuego llegará en apenas un mes, cuando se jueguen los últimos amistosos previos a la disputa del Mundial en el mes de marzo. Los pupilos de Sampaoli se verán entonces las caras con dos rivales de entidad que servirán para medir las aspiraciones reales de los suyos, como son Italia y Argentina. Una piedra en el camino que puede reforzar la idea del equipo o mermar la confianza y generar dudas en torno a los posibles elegidos.
En el que debe ser el Mundial de Leo Messi, lo único claro es que el esfuerzo y el juego debe ser colectivo, para llevar a Argentina a lo más alto por tercera vez en la historia en Rusia 2018.