Muriel Santa Ana reveló en Diputados detalles de cómo se practicó un aborto
La actriz Muriel Santa Ana (@MurielSantaAna) narró este martes en la Cámara de Diputados su experiencia personal con la práctica del aborto y advirtió que el aborto existe, existió y existirá, legislen lo que legislen, mientras que el filósofo Darío Sztajnszajber pidió no discutir metafísica. Santa Ana y Sztajnszajber fueron dos de las figuras mediáticas invitadas a dar su opinión sobre el proyecto que propone despenalizar la interrupción voluntaria del embarazo y ambos se expresaron a favor. Al narrar su experiencia personal, la actriz señaló que quedó embarazada a los 23 años a pesar de que usaba un diafragma como método anticonceptivo y advirtió que aún hoy es conflictivo que los hombres usen un preservativo aduciendo pérdida de placer. Pasaron muchos años. Lo que se mantiene intacto en mi es que desde que tengo la mayoría de edad no admito que nadie se arrogue el derecho de legislar sobre mi cuerpo, subrayó Santa Ana, quien afirmó: Acá se trata de aborto clandestino o legal. El aborto existe, existió y existirá, legislen lo que legislen. En referencia a los diputados, agregó: Sepan que si este proyecto fuera rechazado, llevarán de por vida sobre sus espaldas a las muertas que de aquí en más produzca el aborto clandestino. Por su parte, Sztajnszajber se refirió a la discusión sobre cuándo comienza la vida y sostuvo que para ciertas cuestiones que atañen a la vida en común, no sirve discutir posiciones metafísicas porque nunca habrá en ese sentido un acuerdo. El debate sobre el origen de la vida es un debate que no vale la pena dar, no vale la pena frente a lo que nos depara la existencia social del aborto. Dejemos las discusiones metafísicas para otra cosa, pero para construir el orden social, hagamos política, agregó. El filósofo y docente también cuestionó el uso en términos absolutos de la verdad al afirmar que en orden de la verdad se han cometido los más grandes crímenes de la historia y advirtió que no pueden convivir nunca la democracia y los absolutos. Una mujer que no decide sobre su propio cuerpo es una ciudadana de segunda, subrayó el docente y afirmó que lo único que debe resguardar la ley es que nadie imponga su propia concepción como visión de Estado.