Con su desaparición, la subespecie ha quedado prácticamente extinta: solo quedan otros dos ejemplares en el mundo y ambos son hembras.
El último macho de rinoceronte blanco del norte que quedaba en el mundo, Sudan, ha muerto, dejado a esta subespecie al borde de la extinción completa: solo quedan vivas en el planeta dos hembras: Najin y Fatu, ambas descendientes de Sudan.
El animal había estado sufriendo problemas de salud relacionados con la edad, además de una serie de infecciones, según un comunicado emitido por el centro de conservación donde el rinoceronte pasó sus últimos años, la reserva natural OI Pejeta de Kenia.
De 45 años de edad, su estado empeoró hasta el punto de que perdió la movilidad. Por tanto, los oficiales tomaron la decisión de practicarle la eutanasia.