Antes de que existieran DJ’s estelares como Hernán Cattáneo, Romina Cohn, Carlos Alfonsín y Javier Zuker. Antes, incluso, de que aquel recordado momento televisivo de los 90 en el que Pappo le dijo a DJ Deró que se buscara un trabajo honesto, existió un pionero. Su nombre era Jorge Hugo Manushakian. Sus fans lo conocieron por su nombre artístico: Pato C. Fue parte indisoluble de la juventud de dos o tres generaciones de argentinos y acaso el primero capaz de convocar multitudes a una discoteca, desde mediados de la década del 70 hasta avanzados los 80.
Pato C falleció ayer a los 76 años y dejó una dosis enorme de tristeza y nostalgia entre quienes fueron jóvenes bailando la música que pasaba.
Cuando a los DJ’s todavía se los llamaba «Disc Jockeys», Pato C fue el primero en editar discos «enganchados»: vinilos de un solo tema por lado, mezclas de músicas que reproducían fielmente lo que el artista hacía en las discotecas. Tuvo una legión de imitadores e hizo bailar a generaciones. Ganó fortunas. En Kamote, de Lanús Oeste, metía 3000 personas cuando se le daba la gana.
Empezó a los 15 años haciendo bailes de rock and roll y de rockabilly en boliches, clubes de barrio con techo de chapa. Así empezó a trabajar. Pronto se diversificó hacia todo lo que hiciera bailar a la gente. Música de rock, funky, de salsa, electrónica.
Según sus propios cálculos, llegó a grabar alrededor de 400 discos: hasta tres discos en un mes. En el tema «Paraguayana», incluido en el disco Miami, el grupo Babasónicos le rinde un pequeño tributo.
Nunca entendió a los DJ ’s que ponen música con una computadora. «Por lo menos un par de bandejas, que se mezcle un poco , hacer un poco de circo, el movimiento de los dedos… «, pedía…
En una entrevista que circula por YouTube, reveló que su hijo quería ser DJ y él mismo le pidió que no lo hiciera. «Es que el ambiente es muy bravo: un DJ puede llegar muy alto, pero cuando cae se terminó», contó.