El Consejo Francés del Culto Musulmán convocó masivamente a su comunidad bajo la consigna «solidaridad y compasión» a participar de las misas del domingo en un rechazo generalizado de los fieles del islam en Francia al asesinato, reivindicado por el EI, del cura Jacques Hamel en la iglesia de Saint Étienne du Rouvray, ubicada en las afueras de Rouen. El epicentro de las misas fue la que se llevó adelante en la catedral de Rouen donde acudieron unos 2.000 fieles católicos y más de un centenar de musulmanes, según informó la agencia de noticias EFE. En el oficio religioso, el arzobispo de Rouen, Dominique Lebrun les dio la bienvenida a los fieles musulmanes. «Quisieron visitarnos esta mañana y quiero agradecerles en nombre de todos los cristianos. De este modo ustedes subrayan que rechazan los muertos y la violencia en nombre de Dios. Tal como hemos escuchado directamente de ustedes, esto no es el Islam», sentenció el clérigo. «Creo que este un gesto valiente», dijo más tarde Lebrun a la prensa. Ese mismo escenario se repitió en otras grandes basílicas católicas de toda Francia, como Saint Denis, Amiens, Estrasburgo o Clermont Ferrand, y en pequeñas iglesias a lo largo y ancho del territorio. El martes pasado por la mañana, los jóvenes identificados como Abdel-Malik Nabil Petitjean y Adel Kermiche, de 19 años, entraron durante la misa en en una iglesia normanda, tomaron a seis personas como rehenes, entre ellas tres monjas, hasta que una pudo escapar y alertar a la policía. En medio de la toma, los jóvenes acuchillaron en el cuello y el pecho y mataron al sacerdote Hamel, de 86 años, y le causaron graves heridas a otra persona. La pesadilla concluyó cuando ambos atacantes fueron acribillados por la policía cuando intentaban escapar. Horas más tarde, la milicia islamista EI publicó un video en el que se ve a los jóvenes jurando lealtad a ese grupo armado que pelea en Siria e Irak, y prometiendo responder al llamado de su líder, Abu Bakr al Baghdadi, de atacar a civiles en países occidentales. La investigación del ataque reveló hoy que ambos asesinos -que vivían a cientos de kilómetros de distancia- se habrían conocido sólo cuatro días antes del ataque a través de la aplicación de mensajería instantánea Telegram, que opera con comunicación cifrada, según estableció la Subdirección Antiterrorista de la Policía de Francia. Kermiche vivía en la casa de sus padres en las afueras de Rouen y Petitjean vivía en Aix les Bains, en la región de los Alpes, al este de Francia. Este último, a través de Telegram, había lanzado un video en el que, en nombre del EI anunciaba una acción y lanzaba un mensaje para «destruir» Francia y para que otros yihadistas siguieran su ejemplo. También hoy se conoció que una de las dos personas que quedaban detenidas por este caso quedó libre, según informó la cadena de noticias local France Info. Se trata de un refugiado sirio de 22 años, que había sido detenido el jueves pasado en un centro de recepción de Cusset, en el departamento de Allier. Había sido arrestado porque la Policía encontró una fotocopia de su pasaporte en la casa de Kermiche, uno de los dos atacantes. El otro detenido es un primo de Petitjean, identificado como Farid K., un francés de 30 años, quien fue acusado de los cargos de «pertenencia a una organización terrorista, asesinato terrorista en banda organizada de una víctima en razón de religión, tentativa de asesinato terrorista de una víctima igualmente por su religión y secuestro terrorista de varias personas en banda organizada». La Fiscalía antiterrorismo de Francia sostuvo en un comunicado que Farid K. -que se presentó en una comisaría al saber que su primo era uno de los autores del atentado- sabía «perfectamente» que Petitjean preparaba una «acción violenta», aunque pudiera no estar al tanto del lugar y del día preciso. El eco político del caso lo manifestó hoy el primer ministro Manuel Valls quien llamó a «reconstruir el Islam en Francia» y a «repensar completamente la formación de
Musulmanes franceses participaron de misas católicas en París
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