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sábado, noviembre 23, 2024
No puede estar cerca de su esposo porque es alérgica a el

No puede estar cerca de su esposo porque es alérgica a el

Johanna Watkins tiene 29 años y es de Minnesota, Estados Unidos. Está felizmente casada pero no puede besar a su esposo. Ni siquiera pasar tiempo en la misma habitación que él. No los separa la cárcel ni la distancia. El problema está en su cuerpo y se llama Síndrome de Activación de Mastocitos, lo que significa que es alérgica a casi todo, incluyendo el olor de su marido.

Las noches de Johanna y Scott Watkins son muy diferentes de las de otras parejas. «Scott y yo vamos a ver un programa juntos. No podemos estar en la misma habitación, porque soy alérgica a él, pero él va a estar tres pisos abajo, en una habitación con su laptop y yo con la mía. Así, vamos a ver el programa al mismo tiempo y a chatear sobre eso», dice Johanna.

La mujer vive en un ático con ventanas y puertas selladas. Como si fuese un búnker. La rodean filtros de aire para purificar su «microatmósfera». Sólo sale de la habitación para ir a la guardia de urgencia o para visitas programadas con su médico.

El síndrome que la invalida para tener una vida de pareja -y social- común y corriente actúa invirtiendo el funcionamiento de las células destinadas a protegerla de las amenazas externas. En lugar de hacerlo, mutan y comienzan a atacar su propio cuerpo.

Los síntomas y la gravedad de su enfermedad pueden variar de un paciente a otro, pero en Johanna pueden desencadenar un shock anafiláctico (choque alérgico) que podría matarla.

Antes de casarse con Scott, en 2013, no esperaba que su condición se volviera tan severa. Trabajaba como maestra sin inconvenientes y sufría algunas migrañas, erupciones y problemas gástricos cuando pasaba muchas horas junto a su marido. Todo empeoró después de casados.

«Hace tres o cuatro años, antes de que tuviera el diagnóstico, pasó algunas veces que si estaba cerca de mi esposa, específicamente si mi cara estaba cerca de la cara de Johanna, ella comenzaba a toser», dice Scott. Pero recién el año pasado la pareja se dio cuenta de que no podrían seguir compartiendo una vida juntos, literalmente.

«Nos dimos cuenta de que cuando Scott entraba [en la habitación] empezaba a sentirme cada vez peor, mis síntomas diarios se agravaban», cuenta. «En un momento fue a cortarse el pelo y volvió a la habitación. A los dos minutos comencé con mis síntomas anafilácticos y tuvo que irse», describe Johanna. Y sigue: «Ahora estaba reaccionando fuertemente a mi esposo, antes de había reaccionado así ante el olor corporal de mis padres y a muchas otras personas, pero fue horrible cuando se convirtió en Scott».

Cada vez que tiene un shock alérgico, su esposo la alza en brazos y ambos, con barbijos, suben al coche para llegar al hospital lo antes posible.

“Cada día, cuando me despierto, creo que no lo voy a soportar”, explica Johanna entre lágrimas. “Pero luego Dios me da fuerza para salir adelante”, asevera. Las únicas personas que no le producen alergia son sus hermanos, que la visitan todas las semanas.

Fuente: http://www.clarin.com/sociedad/raro-sindrome-hace-alergica-marido_0_Skb7fr9Lx.html

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