“Estoy obsesionada con el póquer. Es mi juego favorito ahora. Soy realmente afortunada en Las Vegas. Siempre gano”, reconoció Hilton hace unos días. Sin embargo, sus apuestas han ido poco a poco aumentando hasta el punto de convertirse en un gran problema familiar. Al mismo tiempo, la suerte ha cambiado para la sensual rubia. Los lugares preferidos de Hilton para dilapidar su fortuna son, curiosamente, los casinos de su padre, que ha tomado cartas en el asunto.

Rick y Kathy Hilton, según este diario británico, ha prohibido la entrada de su hija en los casinos de su propiedad. La gota que ha colmado el vaso ha sido perder su lujoso Bentley GT a las cartas durante un viaje a Las Vegas. Los Hilton se sienten sumamente culpables por ello. “Ellos introdujeron a Paris en los casino, pero nunca pensaron que se podría llegar a obsesionar”, dice una fuente allegada en este periódico. “Cuando oyeron que se había jugado su Bentley, se dieron cuenta que se le había ido de las manos. Ella ama ese coche y no lo cambiaría por nada en el mundo”, matizó.

Por otro lado, y tras una corta carrera cinematográfica, Paris Hilton ha decidido probar suerte en otro sector. Entre fiesta y fiesta, la joven afina sus cuerdas vocales dar el salto al mundo de la música. Hilton quiere ahora grabar un disco que, en teoría, saldría a la venta el próximo verano