Las imágenes de los cerdos son disímiles: mientras es símbolo de suerte y ahorro para unos, lo es de suciedad, desorden, lujuria y hasta perversión sexual para otros. Su carne es deseada en unos lugares y prohibida en otros, y –según la Biblia– el propio Cristo supo poner en ellos los males y hacerlos caer por un barranco. Tal vez como un homenaje, en la ciudad alemana de Neuhardenberg, el domingo abrirá sus puertas "Arme Schweine" (en español, "Pobres cerdos"), una muestra en la que las estrellas son los porcinos.

La exposición está basada en la colección privada del artista Holger Matthies, e incluye figuras de porcelana, piedra, metal, vidrio y marfil, y también fotografías, estampados en remeras, dibujos en avisos publicitarios y hasta en tostadoras.

"Pobres cerdos", cuyos curadores son Thomas Macho y el propio Holger Matthies, se desarrollará en el Palacio de Neuhardenberg, y se podrá visitar hasta el 26 de noviembre. La entrada cuesta 5 euros, e incluso está a la venta un catálogo con ensayos e ilustraciones sobre los chanchos, realizado por Nicolai Verlag, que se vende a 19,90 euros