Conozca
a su jefe a través de su horóscopo
Conozca a su jefe a través del
Zodiaco.
|
ARIES
Si su jefe es de Aries, es de esperarse que tenga un ego del tamaño
del Empire State. Por lo tanto, no es sensato contradecirlo
abiertamente: lo mejor es dejarse llevar por la corriente. Aunque,
claro, tampoco es cuestión de estar repitiendo “¡Sí, señor!” todo el
tiempo. Simplemente hay que notar esos momentos en los que está
enfurecido y parece que largara fuego por la boca, y tratar de no
molestarlo con pequeñeces de oficina. Una vez que haya recobrado la
calma, acérquese a él de manera simple y trivial para informarle con
palabras precisas y claras (nada de usar palabras raras con el jefe)
cuál es el problema en la oficina, o para informarle de su agenda
del día, o incluso para recordarle qué es lo él mismo piensa acerca
de un tema en particular.
Los arianos, hijos del bravo planeta Marte, son francos y abiertos,
no tienen maldad, por lo que la manera correcta de abordarlo es esa.
Además, como buen Aries que desborda energía, su jefe irradiará
entusiasmo y ansiedad. Esto significa que para trabajar con ellos
debemos estar alerta y activos en todo momento. Las personas de este
tipo siempre buscan la acción, si lo que hacemos está bien o mal
pasa a un segundo plano. No sólo debemos estar ocupados en algo todo
el tiempo –porque se espera que lo estemos– sino que también debemos
parecerlo. Esto ayudará a crear el clima de excitación y movimiento
que hace feliz al jefe.
Cuando trabajamos a las órdenes de una persona de estas
características, realmente nos vamos a tener que ganar cada centavo
de nuestro sueldo. No porque nos trate como esclavos, sino porque
tendremos que seguirle el ritmo a cada minuto, tarea nada fácil,
además de soportar sus rabietas, salidas extemporáneas y esas
esporádicas nubes negras de mal humor que se posan sobre él.
Si tenemos suerte, todo ese trabajo estará bien remunerado. Aunque
existen excepciones, los arianos suelen tratar bien –económicamente
hablando– a sus empleados, teniendo incluso tiempo para un regalo
ocasional para la gente de su staff. Además generalmente le gusta
divertirse en el trabajo y, por qué no, intentar suerte con las
mujeres de la oficina. Todo forma parte del mismo paquete para
ellos.
Ya sea en ventas, publicidad, producción o algún otro negocio, el
jefe de Aries siempre será un pionero, el primero y el mejor en
empezar un proyecto nuevo y en motivar a sus subordinados. Si no nos
molesta ser buenos segundos (no hay nada de malo en esto, no todos
podemos ser líderes), tener un jefe ariano nos sentará de
maravillas.
Tauro
Ciudadano ejemplar, de paso lento pero muy seguro, artístico y
paciente, así es un jefe taurino. Si de los de arianos podemos
esperar fuegos artificiales, los de Tauro apuntan más a escalar paso
a paso hacia la cima. Bajo su mando, nos convertiremos en
eficientes, seguros y aprenderemos a manejar cantidades generosas de
poder. Los empleados que busquen seguridad y firmeza deberían tratar
de vincularse con un jefe de Tauro.
Aunque todo lo anterior no significa que sea una persona que no
reaccione ante las ideas originales. Los jefes taurinos pueden
literalmente oler el dinero, y si nuestro plan es práctico lo
adoptarán como propio. Si esto sucede, seguramente seremos
recompensados apropiadamente, aunque no sea en lo inmediato. Los
taurinos rara vez olvidan a un empleado útil, inteligente y leal.
Pero mucho cuidado: los planes descabellados, extremadamente
intrincados o del tipo “hágase rico de la noche a la mañana” están
absolutamente descartados con este tipo de jefe. Por sus
características, son personas a las que no se puede apurar para que
tomen una decisión, aunque una vez que la toman la defenderán a
rajatabla.
Un jefe de Tauro disfruta de la buena comida, la buena ropa, la
música, la arquitectura, la jardinería y las buenas mujeres (aunque
no necesariamente en ese orden). Por eso, puede parecer holgazán por
momentos, hablar excesivamente de su familia y dar la impresión de
ser obstinado (¡y vaya si lo es!). Esos son los momentos para
contenerlo. Una cosa es segura: sabrá reconocer el valor de una
buena persona.
Géminis
Un jefe geminiano parece estar listo para todas las situaciones.
Pero como los personajes cautivantes, la mayoría de las veces es
poco confiable, de actuar rápido pero cansarse también rápido y no
del tipo ahorrativo. Es caótico y brillante, comunicativo pero con
poca atención para los detalles, rápido para enojarse con alguien
pero aún más rápido para perdonar. Y lo más importante: intensamente
humano y muy divertido.
El jefe de Géminis cree ser muy inteligente y, en consecuencia,
tiende a ocuparse de más de un asunto a la vez (con un poco de
ayuda, por supuesto). Su sentido del humor sea quizás su
característica más preciada. Cuando esa gracia lo abandona deben
prenderse las luces de alarma; seguramente se acercan momentos de
stress emocional. Será allí cuando nuestros consejos serán
necesarios y útiles, y nuestra oreja servirá para que el jefe se
desahogue. Si sabemos ser un ladero fiel en esos momentos, nuestro
jefe de Géminis nunca lo olvidará.
Podemos hacer de todo, pero nunca debemos repetirnos en nuestras
ideas, planes y maneras de trabajar si estamos bajo el ala de un
geminiano. Lo aburriremos de tal manera que empezará a pensar en la
posibilidad de despedirnos. A no desesperar: en el caos del típico
jefe de Géminis también hay un tácito orden. Su habilidad para
comunicarse en los momentos de mayor confusión no es casual: es
parte de su personalidad.}
Lo peor que podemos hacer es intentar imponerle solapadamente
nuestros métodos o cursos de acción, aunque pensemos que nuestro
“orden” le servirá para tener otra perspectiva de las cosas. Lo
único que conseguiremos es que se rebele como un niño. Es que en el
fondo eso es lo que es: querible, comunicativo, intuitivo, agudo,
curioso como un chico. Por eso, no debemos sorprendernos si nos
manifiesta alternativamente amor y odio... ¡con cinco minutos de
diferencia!
Como rasgo a destacar, los geminianos son los mejores cuando se
trata de escuchar. Demuestran un interés genuino en la otra persona
y en lo que les pasa. Por eso, son ideales para hablar con clientes
insatisfechos o negociar nuevos contratos, ya que está en su
naturaleza entretener al otro e irradian camaradería.
Si buscamos un jefe que no sea tacaño, que fomente una atmósfera
relajada y libre en la oficina y que nos estimule, la mejor elección
como jefe será un geminiano. Especialmente las mujeres lo encuentran
cautivante y con cualidades humanas extraordinarias, y los hombres
lo envidian un poco. Pero todos coinciden en que es la mejor
compañía que les podría haber tocado en el ambiente laboral.
Cáncer
Como el cangrejo que les da nombre en el zodíaco, los jefes de
Cáncer avanzan y retroceden, o bien se quedan a mitad de camino en
la consecución de sus ideas y planes. Muchos empleados los
encuentran misteriosos y divertidos (en el sentido de que es difícil
no reírse de ellos a veces). Pese a que puede parecer distraído e
inconstante, un jefe de Cáncer pocas veces perdona los errores y los
descuidos. Dar un mal paso trabajando para alguien así puede
significar nuestro fin.
Aunque junto con todo esto, también es cierto que los jefes
cancerianos jamás olvidan un favor. Si estamos junto a ellos durante
los momentos malos, serán incondicionales para siempre. Valorará
nuestro aporte en términos de comprensión intuitiva, relación
individual y –aunque en el fondo les duela– un salario más abultado.
Sus características los llevan a ser extremadamente conservadores,
pero a la vez extrañamente abiertos a los cambios bruscos. Si
estamos a su lado, tendremos asegurado nuestro bienestar económico,
ya que piensa dos veces antes de invertir su dinero y el de la
empresa.
Para compensar su lado sentimental, en el ámbito laboral juzgarán
nuestro desempeño con puño de acero. Pero si alguna vez llegamos a
tener problemas familiares, veremos cómo empiezan a funcionar sus
instintos paternales. El canceriano es un tipo de jefe especialmente
sensible a las historias tristes.
Rara vez le presta atención a la vestimenta, y piensa mal (los
envidia, para qué negarlo) de aquellos que le otorgan demasiada
importancia a su aspecto. Lo mejor si somos sus subordinados es
vestir de manera sobria, y de vez en cuando sorprenderlo con algún
atuendo estrambótico. Cada tanto, el jefe de Cáncer necesita de un
pequeño shock eléctrico para recargarse y salir de la rutina.
Leo
Con los jefes de Leo, el asunto es más tener un cierto magnetismo
personal, mucha materia gris y habilidad para organizarse. Este tipo
de jefe impone dinámica con su sola presencia. Al moverse tira ondas
que pueden ser estimulantes, eléctricas o directamente fuego puro,
al punto de convertirse, en sus peores momentos, en un lanzallamas
humano. Para completar el cuadro, el jefe de Leo tiene mucha
confianza en sí mismo y es una persona cálida, con la que se puede
hablar.
Para no quedarnos con la idea de que roza la perfección (ningún jefe
logra siquiera acercarse a eso, aunque se desvivan en hacernos creer
lo contrario), suele rodearse mal, siendo muy permeable a los que lo
elogian en demasía. Pero no conviene intentar que cambie su manera
de ser. Por su estructura psíquica, el jefe de Leo necesita de su
séquito de adulones. Su lógica tácita puede resumirse en la
siguiente frase: si los animales de la selva no se inclinan ante el
león, ¿de qué sirve que exista el león?
No hay medias tintas para la gente de Leo. O tenemos éxito, o
empezamos a juntar nuestras cosas para irnos a casa. Las virtudes de
los jefes leoninos no incluyen una inteligencia refinada y por eso
es posible que sea engañado por personas más hábiles, pero es el
mejor para dirigir las lealtades de su staff y de quienes lo
admiran. Su ego es uno de los más encumbrados entre todos los signos
del zodíaco.
Virgo
Este signo está asociado, y acertadamente, con la pureza, la
limpieza y los servicios hacia la sociedad. Es de los mejores para
comandar situaciones de crisis y para resolver las cuestiones
realmente importantes, ya sean laborales o de la esfera personal de
alguno de los empleados bajo su supervisión. Si nuestro jefe es de
Virgo, lo mejor será evitar los gestos dramáticos, la
grandilocuencia y las apariencias estridentes. El jefe de Virgo
gusta de juzgarnos con un microscopio gigantesco, para poder
escudriñar hasta nuestros aspectos más recónditos.
Pero no es tan malo como suena. No hay jefe más consistente, justo
ni firme que el de Virgo. Es cierto que hila muy fino, y a veces
suele acabar con la paciencia de quienes lo rodean, pero también es
honesto y confiable. Para él, el mérito importa más que los lazos de
familia, los “recomendados” y el elogio fácil. Si somos realmente
eficientes en lo que hacemos, nos vestimos de manera sencilla pero
con personalidad, evitamos las hipérboles y trabajamos en silencio
pero con dedicación, iremos por el buen camino.
A larga, nos terminaremos encariñando con nuestro jefe de Virgo.
Quizás no nos cautive ni nos transforme en incondicionales, pero se
ganará nuestro respeto a lo largo de los años por su sentido común,
su escala de valores tradicional, su sentido de deber hacia la
sociedad y la manera ordenada que posee para tratar con su staff.
Libra
Es cierto que la mayoría de los jefes de Libra no son ciento por
ciento confiables, pero usarán sus otros atributos (fuerte
personalidad, gracia y una sonrisa compradora) para asegurarse de
que demos el máximo siempre cuando trabajamos. Luego están los
otros, los Libra de la minoría, que son alrededor de veinte por
ciento. Ellos son extremadamente ambiciosos, muy egoístas y
agresivos, y en vez de asegurarse que demos el máximo nos explotan
sin piedad. Ambas tipos poseen poderes de persuasión considerables.
También son imparciales y suelen no inclinarse nunca por el camino
del exceso. “Nunca en demasía” suele ser su frase favorita.
Muy a menudo, el jefe de Libra cree sinceramente que se comporta de
manera justa para con sus empleados. Y es cierto que coopera con sus
colegas y con los miembros de su staff. Pero como el Libra típico
cree tener modales exquisitos y aspecto de semidios, una cara bonita
(generalmente femenina), maneras sutiles y cierto sentido del buen
gusto pueden ayudar a conseguir un ascenso. Aunque, valga el aviso
para las mujeres, los Libra suelen experimentar bastante con su vida
amorosa. Aquellas que estén buscando una relación estable harían
mejor en abstenerse.
Astrológicamente, mucho se ha dicho sobre la tradicional vacilación
de los pertenecientes a este signo. Su jefe seguramente intentará
argumentar sus dudas diciendo: “Las decisiones rápidas suelen no ser
las acertadas”. Y es que para ellos tomar una decisión velozmente
equivale a hacerlo sin pensar, y es signo de inmadurez y falta de
visión. Al Libra le gusta llegar a una decisión luego de un juicio
equilibrado y tras sopesar todos los pros y contras, lo que se gana
y lo que se pierde.
Escorpio
Ya sea que amemos u odiemos a nuestro jefe escorpiano, debemos tener
en cuenta que a él no le importa lo que pensemos. Le gusta tener a
sus empleados bajo una rienda firme, pese a que él le gustan tanto
el trabajo como los momentos de distensión. Es un tipo de persona a
la que le gusta tener mano firme para manejar grupos de trabajo.
Bajo su comando, se debe esperar una sumisión absoluta y se deberá
adquirir la habilidad para seguir sus movimientos.
Suele seguir rutinas, aunque las varía ligeramente según lo que le
marque su intuición. Todos los signos de agua (Cáncer, Piscis,
Acuario) tienen estas características. Pero debido a que Escorpio es
un signo fijo, una vez que los escorpianos forman sus hábitos las
rutinas a seguir se dan como una consecuencia lógica de ellos.
Siempre viviremos al límite si trabajamos para un jefe de Escorpio.
Si no entramos dentro de su esquema de trabajo, no pasará mucho
tiempo hasta que recibamos la noticia de que se ha decidido
prescindir de nuestros servicios. Pero si nos sabemos adaptar, nos
esperan gratificaciones, protección y un camino ascendente.
Como buen inescrupuloso, el escorpiano usará cualquier método a su
alcance para conservar su lugar de poder. Pero existen excepciones.
Aún cuando el Escorpión simboliza la regeneración, nuestro jefe
puede tener un repentino momento de iluminación espiritual y seguir
un camino recto de virtud absoluta en su negocio o profesión. Pero,
está dicho, estos casos no son la norma y rara vez nos encontraremos
con uno.
No podremos engañar o hacer cosas a espaldas de un jefe escorpiano.
Por más que lo intentemos, se dará cuenta. Y mejor vayámonos
olvidando acerca de sugerirle que cambie su curso de acción. Tiene
su propia manera de ver las cosas, y lo impulsan sus propios
objetivos y una decisión sin par. Al ser una de las personalidades
más intensas y agresivas, también será permeable a sufrir de
momentos de depresión o de melancolía aguda. Lo mejor en estos casos
será dejarlo que supere ese trance solo. Si no logra hacerlo (muchos
escorpianos son personalidades atrayentes y fascinantes), es de
esperar que reciba toneladas de sarcasmo. No será fácil ganarse los
favores de un jefe escorpiano, pero intentarlo bien vale la pena.
Sagitario
El jefe sagitariano se inclina por la aventura, el peligro y
explorar nuevos horizontes. Es alguien que no duda en arriesgarse.
Experimentar, innovar, hacer cosas a lo grande e impulsivamente, de
esos momentos está hecha su vida. El riesgo es algo tan natural para
los de Sagitario como la cautela para los de Cáncer.
Son conocidos por atraer las ondas positivas y la suerte suele estar
de su lado. La razón astrológica para que esto suceda es que Júpiter
está a cargo de este signo, lo “controla” por así decirlo. Y Júpiter
es sinónimo, como todos sabemos, de dinero en cantidades
industriales.
Debido a que a este signo se lo vincula desde siempre con la
autoridad, la lógica, la filosofía, el planeamiento, la curiosidad,
los deportes, la investigación, la educación y la urgencia por
conocer la verdad, algunos o todas estas características se pondrán
de manifiesto en nuestro jefe. Si intentamos engañarlo, corremos
serios riesgos. Sí se lo puede confrontar con una línea
argumentativa sólida, por ejemplo para advertirlo de un proyecto que
tiene muchas chances de fracasar. Seguramente nos escuchará
atentamente y hasta termine coincidiendo con nosotros. Es decir: no
es una persona inabordable ni negada para el debate.
Los de Sagitario son otros que dan pasos con pies de cemento. Además
prestan poca atención a los detalles, a menudo son cortantes y no
dudan en decir lo que piensan, poseen una desmedida confianza en sí
mismos y son egoístas. Esto puede muchas veces irritarnos... pero
bueno, no se ha inventado el jefe perfecto todavía, y decididamente
los sagitarianos no serán pioneros en este aspecto.
Como líder es generoso, tolerante (siempre y cuando no le juguemos
sucio y nuestros errores provengan de un mal cálculo y de actitudes
honestas), cándidos, alegres, proclives a enfrentar desafíos y dados
a compartir el bienestar de la empresa con los empleados. Trabajar
bajo su mando puede llegar a ser una experiencia muy estimulante.
Capricornio
Seguridad, solidaridad y prudencia son los tres canales sobre los
que opera el jefe de Capricornio. Solamente un taurino o un
canceriano se le pueden comparar en cuando al poder de decisión, la
aplicación y la concentración. Con un jefe de este tipo, está claro
que lo que nos espera es trabajo, trabajo y más trabajo. Las
expectativas que fija una personalidad de este tipo son altas, y
debemos responder a ellas.
De todos los signos del zodíaco, Capricornio quizás sea el más
práctico, el mejor organizado, el más paciente y asertivo. Y muchas
de estas cualidades son las de las personas exitosas. Aquellos que
han trabajado para capricornianos los han encontrado rígidos, snob,
excesivamente ortodoxos o lisa y llanamente brutos.
Bueno, esta es solamente una cara de la moneda. Es cierto que no se
caracterizan por su sentido del humor, pero sí tienen muy en claro
cuáles son sus metas y son de mantener su palabra sin importar las
consecuencias. Tienen estándares altos y viven cada día de su vida
regidos por ellos. Por otra parte, el snobismo capricorniano es algo
intrínseco a su personalidad, y parte de una incapacidad para
comunicarse.
Su oficina no se destaca precisamente por la belleza de su
decoración, pero en ella se encaran los proyectos más faraónicos, y
la mayoría de ellos suele terminar en éxitos rotundos. No es
demasiado afectuoso ni demostrativo, pero sí sabe guiar con mano
firme y cuidar a los miembros de su staff. Si queremos hacer las
cosas a lo grande, pero no alocadamente, debemos buscar cobijo bajo
el ala de un capricorniano de ley.
Acuario
Con ideas superlativas, enfoques originales para la vida y el
trabajo, los acuarianos son gente poco convencional. Son capaces
tanto de arruinar el mejor negocio como de sacar oro de las piedras.
Suelen olvidar sus citas y divagar diariamente por los laberintos de
su mente, pero trabajar con ellos puede llegar a ser una experiencia
que no olvidaremos.
Como jefe es cálido, amable y humano (características que no
abundan, como habrán podido comprobar durante la lectura de esta
nota). Defienden con uñas y dientes su independencia, sus modales
son extravagantes y suelen ser tan descuidados como creativos.
Por eso son exactamente el tipo de jefe que representa un peligro:
puede arrastrarnos hacia su mundo, creándonos distracciones en
nuestro trabajo diario. Son pocos los empleados que realmente pueden
disfrutar el hecho de trabajar junto a alguien así. Pero es el jefe
ideal para un compromiso de poco tiempo. Capaz de las locuras más
deliciosas, pasando un breve lapso junto a él empezaremos a pensar
de maneras diferentes a las tradicionales, incorporaremos puntos de
vista más refinados y futuristas, aprenderemos a reírnos de nosotros
mismos y a ser verdaderamente altruistas, en el mejor sentido de la
palabra.
Los de Acuario son expertos en resolver los problemas ajenos, aunque
los propios no suelen manejarlos de la mejor manera. Como jefe,
queda dicho, son muy, pero muy especiales. Tanto como una bomba que
puede explotar en cualquier momento.
Piscis
Es un jefe que ama la tranquilidad, odia las situaciones de presión
y el hecho de tomar decisiones, a la vez que aprecia a un empleado
que le responda de manera sensible. También se caracteriza por sus
rabietas y sus repentinos cambios de humor, ya que se especializa en
remarcar sus altos y sus bajos de forma pública y evidente.
Si elegimos jugarle en contra o intentar perjudicarlo, la venganza
vendrá en la forma más tremenda y sutil, en el momento menos
esperado. Nos sacará gentil pero firmemente de nuestra oficina sin
pensarlo demasiado, de una vez y para siempre. Sin llegar a estos
extremos, no es desaconsejable contradecirlo o confrontarlo de vez
en cuando si es bueno para la empresa. Es un jefe que sabe escuchar
y puede llegar a decirnos que todo el mundo tiene derecho a su
opinión, aunque probablemente termine haciendo lo que él quiere de
todos modos. Es una persona con la imaginación suficiente como para
ser tolerante, una virtud escasa en aquellos que tienen una posición
de poder.
A pesar de que puede ser el mejor para las cuestiones comunicativas
y contractuales, su excelencia rara vez se aplica a la organización
y a los asuntos cotidianos de oficina. En este aspecto, la ayuda de
los empleados es invalorable, aunque no debemos interferir con su
accionar mientras nos ocupamos de las tareas más rutinarias. De este
modo, sabrá apreciar y entender nuestro aporte. Los ascensos y los
aumentos de sueldo no siguen un curso lógico con los piscianos, pero
eventualmente llegan, así que a no desesperar.
Debido a que los piscianos están atravesados por una intensa veta
artística, lo mejor es que sus empleados sepan algo del tema si
pretenden trabajar junto a su jefe durante un largo tiempo.
Según confirman los astrólogos, este tipo de jefe suele palidecer y
amilanarse ante las situaciones de extrema presión. Ese es el
momento para no abandonarlo. En menos de lo que canta un gallo,
emergerá de sus problemas y enfrentará los peligros que tenga en el
horizonte. Y luego de que todo pase, la recompensa por la fidelidad
y el compromiso será abundante, tanto en dinero como en elogios.
Para terminar, tengamos siempre en cuenta que nuestro jefe pisciano
suele tener violentos cambios de humor. Tiene carácter y puede
discutir en malos términos con cualquiera de su staff sin un motivo
aparente. Pero, como los perros, ladra más de lo que muerde. Es su
modo de demostrarnos que él es el jefe, eso es todo. Para algunos
puede parecer una actitud infantil, pero forma parte de la
personalidad de los de Piscis
HOROSCOPO ON LINE
SITIOS SOBRE HORÓSCOPO CHINO
HOROSCOPO DIARIO
Que regalar según su signo
TAROT EN ARGENTINA
LOS SIGNOS Y EL SEXO
El amante ideal para cada signo
|
|