LOS INTEGRANTES
DE GRAN HERMANO 4
Gastón Trezeguet vuelve a "Gran
hermano 4" pero no encerrado sino en la producción
Fue uno
de los 12 kamikazes que se embarcaron en la primera edición,
allá por 2001, cuando los “reality shows” eran todavía una novedad
en la Argentina. Confesó su homosexualidad en el programa y llegó
hasta la final gracias al trazado de estrategias maquiavélicas.
Alejado de los medios por un tiempo,
ahora vuelve al ciclo en su cuarta etapa como productor creativo.
“La televisión –define– tiene el derecho de ser frívola”.
Fue participante y a partir de enero
será productor, pero Gastón
Trezeguet es principalmente
un fanático de Gran hermano.
—Estoy orgulloso, me parece excelente. ¿Qué vas a decir: que te
parece una pedorrada? Un programa
que llega a 40 puntos de rating es un éxito que no se puede
discutir mucho.
—No es lo mismo ser bueno que ser
visto...
—No, lo que digo es que hay que plantearse los objetivos de cada
producto. Acá es entretener al público y eso se logra con creces.
Entonces, es un éxito. Si querés
educación, andá a la biblioteca o anotate en la universidad.
Ese es el error de la gente: el medio no tiene por qué ser benéfico
ni instructivo. Estás en tu derecho de hacer un programa educativo,
y también podés no hacerlo.
Asegura que la idea de que podía ser un buen productor fue de Telefe
antes que suya.
— Tenía dos años de contrato con el
canal y cobraba un sueldo pero no hacía nada, era un hijo de
la vida.
—¿Telefe no te ofrecía trabajo?
—Me sentaron, me preguntaron qué quería hacer yo y me quedé mudo.
Era un pendejo de 21 años y no había
entrado al reality pensando en hacerme famoso. No sabía
actuar, cantar ni conducir. Ellos me dijeron que por mi manera de
manejarme me veían pasta de productor.
La idea terminó de afianzarse cuando tres productores lo escoltaron
cual acompañantes terapéuticos: 24 horas con él durante tres meses.
“Era abrumador, no podía salir a la
calle –recuerda–. Ahí pude apreciar el inmenso trabajo de
producción que tenía el programa por detrás y quedé fascinado”.
Igual, Gastón se tomó su tiempo para pensarlo
“Nunca quise ser una estrella de la
televisión –asegura, enfático–. Por la calle, la gente me dice
todavía: ‘Pobrecito... no trabajaste más’. Pero en realidad no era
mi objetivo. Yo laburaba en una exportadora de acero a la que acabo
de renunciar.”
Vivió cómodo con un sueldo que le llegaba sin contraprestación
alguna y recién en 2003 se puso a estudiar producción de radio, cine
y televisión en la Universidad de Belgrano. Duró apenas dos
cuatrimestres, pero a la gente de Telefé parece no importarle.
—No podía quedarme afuera de Gran hermano 4. Me sumé al
equipo creativo que tira los temas de discusión y las prendas de
cada semana. Empezar acá es lo más atinado, porque es lo que
conozco, yo estuve en el lugar de los participantes. Lo veo como un
comienzo: espero ser apto porque no me quiero volver a mi casa a
hacer tortas fritas.
Lejos de los medios, discreción. “No lo dije por temor a que no me
eligieran, pero desde el vamos me anoté con la idea de confesar al
aire que era gay –cuenta y se ríe–. Nunca lo había hablado con nadie
y en un segundo lo supo toda la Argentina”. La noticia sumó rating y
aportó en ambigüedad cuando de todas formas pidió que entrara un
juez para casarse con Eleonora González, otra participante.
—Era una gran joda, pero nos queríamos mucho de verdad, más allá de
la sexualidad. Ella era una especie de cable a tierra, tipo Wilson
en El Náufrago.
—¿Ahora estás en pareja?
—Estoy solo hace cinco meses después de un año y medio, pero
cambiemos de tema. No quiero exponer mi intimidad, ya no tengo nada
reprimido que necesite ventilar.Fuente
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