Salas de bingo
Un nuevo
conflicto entre las autoridades porteñas y las nacionales amenaza
con convertirse en otro escándalo político y jurídico a partir de la
sorpresiva convocatoria a licitación pública para la explotación de
las cinco salas de bingo que funcionan actualmente en la ciudad y
cuyas concesiones vencieron en septiembre último.
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El llamado fue
realizado por Lotería Nacional Sociedad del Estado, en franca
contraposición a una convocatoria similar efectuada con anterioridad
por el Instituto de Juegos de Apuestas de la ciudad de Buenos Aires.
La publicación efectuada por Lotería Nacional se refiere muy
genéricamente a una resolución del directorio del organismo, cuyo
contenido no explicita, y simplemente se limita a convocar a
"aspirantes a agentes operadores para la explotación del juego Loto
en sus modalidades de Loto Familiar, Loto de Salón o Loto Bingo",
invitando a concurrir personalmente a las oficinas de Lotería
Nacional a todos aquellos interesados en obtener mayor información.
Según se menciona en la convocatoria, los pliegos tienen un costo de
60.000 pesos y el plazo para adquirir la documentación pertinente
fue fijado originalmente hasta el 19 de enero y luego extendido
hasta el 23 de enero de 2006.
Existe una cuestión de índole jurídico-legal que no puede pasarse
por alto y que ha sido el origen de todos los conflictos entre ambas
jurisdicciones. En efecto, cabe recordar que, en septiembre de 2005,
un fallo de la Cámara de Apelaciones en lo Contencioso
Administrativo de la ciudad decidió que sólo la justicia porteña
tiene facultades sobre el juego en el distrito. En la sentencia, los
camaristas invocaron la autonomía porteña y precedentes de la Corte
Suprema, donde el procurador general ya había dicho que ni antes ni
después de la reforma constitucional de 1994 existió atribución
federal con respecto a los juegos de azar.
Ahora, y tras el reclamo de la comuna, el juez Roberto Gallardo,
siguiendo esa misma línea de interpretación, ordenó a Lotería
Nacional que suspendiera la licitación ya que, según este
magistrado, la iniciativa "de convocar a un proceso de selección de
agentes operadores de los bingos carecería de andamiaje
constitucional y legal, implicando además un fuerte menoscabo a la
autonomía de la ciudad de Buenos Aires, consagrada por la
Constitución Nacional en 1994. Ello es así en tanto la materia
lúdica es un asunto claramente local".
De todas maneras, como seguramente Lotería Nacional objetará la
competencia de Gallardo, que es juez de la ciudad, la disputa parece
estar cada vez más lejos de una solución.
En nuestro editorial del 19 de septiembre último, "¿Quién regula el
juego en la ciudad?", señalábamos la necesidad de que tanto las
autoridades porteñas como las nacionales utilizaran una partida
relevante de los cuantiosos ingresos que recaudan estas salas de
juego para educar a la población y animarla a disminuir este hábito
improductivo, advirtiéndola sobre los riesgos de adicción y desorden
a los cuales puede conducir una ilusión quimérica por el dinero
fácil.
Es indudable que las decisiones administrativas encontradas y los
consecuentes reclamos judiciales en nada contribuyen al clima de
previsibilidad y de seguridad jurídica que exige el desarrollo de la
actividad económica.
En consecuencia, y ratificando lo manifestado en el mencionado
editorial, es de esperar que las cuestiones que alimentan estos
conflictos sean resueltas conforme a la ley y definitivamente.
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