EL VUELO LIBRE MAS ALTO DE LA HISTORIA

Alcanzó los 9.100 metros y venció su marca de 8.800 en el monte Everest

Un hombre logró volar como los grandes pájaros planeadores. El italiano Angelo D'Arrigo (44) alcanzó en un ala delta sin motor una altura récord de 9.100 metros, cercana a la de los vuelos crucero que atraviesan el macizo andino.

Es la segunda proeza que consigue en tierra mendocina: una semana atrás sobrevoló a pocos metros de la cima del Aconcagua (6.982 metros), la montaña más alta de América. Ayer a la mañana, su delta plano que imita la anatomía del cóndor, llegó más alto que ningún otro guiado por el hombre. D'Arrigo venció su propia marca de 8.800 metros de altura, obtenida en mayo de 2004 en el monte Everest de la cadena montañosa del Himalaya.

"A las 8.15 mi barómetro marcó los 9.100 metros de altura", dice efusivo a poco de aterrizar. El deportista asegura haber realizado el viaje más alto en la historia del vuelo libre remolcado. Su vuelo será auditado y confirmado por la Federación Aeronáutica Internacional.

A diferencia de la travesía sobre el Aconcagua que partió entre las montañas, la base de despegue de este viaje récord estuvo en el llano. El italiano salió a las 6.30 desde la pista del aeródromo privado Aerotec, en la ciudad de Rivadavia, a 60 kilómetros al este de la capital de Mendoza.

Antes de partir, D'Arrigo se vistió con su doble traje térmico de color naranja, se calzó los guantes, y unos borcegos similares a los que se utilizan para escalar montañas y soportar los fuertes vientos y temperaturas bajo cero. Su único ritual antes de iniciar la prueba fue practicar el prana yama, una especie de respiración hindú derivada del yoga para soportar las inclemencias climáticas.

Lo acompañó el mismo equipo que en sus anteriores hazañas: el piloto inglés Richard Meredith condujo el pequeño avión que lo remontó hasta la altura máxima, con la asistencia de su equipo mecánico, un médico especialista en altura y seguidos de cerca por las cámaras filmadoras de la National Geographic, que realiza un documental.

"Alcanzamos los 5 mil metros con fuertes turbulencias. Fui liberado (desenganchado de un avión pequeño) por encima de los 9 mil metros y descendí con movimientos ondulatorios, impulsados por los vientos que provienen del volcán Tupungato y la Cordillera de los Andes", relató. Estos vientos ascendentes del Pacífico son los mismos que utiliza el cóndor para elevarse.

El ala delta se desplazó a una velocidad de 160 kilómetros por hora y tuvo que enfrentarse con vientos que alcanzaron los 90 kilómetros por hora. El vuelo llevó 2 horas y 55 minutos. Las turbulencias no fueron la única complicación: a pesar del día soleado, D'Arrigo soportó una temperatura de 48 grados bajo cero en la altura.

Su planeador, construido de titanio, carbono y una fibra de plástico flexible y resistente denominada kvlar, imita la aerodinamia de las alas del cóndor, el ave rapaz más grande del mundo. Los pilotos de línea que cruzan la cordillera de los Andes entre Argentina y Chile han avistado cóndores en vuelo sobre el macizo del Aconcagua a más de los 10 mil metros de altura, casi la misma marca que consiguió con este vuelo.

"El cóndor es el mejor piloto que se conoce", afirma D'Arrigo, con la satisfacción de haber igualado en capacidad y resistencia al rey de las cumbres.

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Fuente: http://www.clarin.com

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