En Chapecó, estado de
Santa Catarina, un grupo de hinchas incendió y destruyó
una estatua hecha en honor a Ronaldinho, la gran
decepción de la Copa. Del monumento de 7 metros, que
había sido construido hace dos años, cuando el jugador
del Barcelona fue elegido como el mejor del mundo, sólo
quedaron hierros retorcidos, según informaron fuentes de
la alcaldía.
Pero no todos se la agarraron con Ronaldinho. También
Roberto Carlos recibió lo suyo. El lateral del Real
Madrid fue acusado de estar levantandose las medias en
el momento en que Zidane habilitaba a Henry para que
anotara el gol que dejó al equipo de Parreira afuera de
la Copa del Mundo.
El defensor fue recibido
al grito de "vergüenza", y salió a defenderse: "Yo no
estaba arreglándome las medias. Esperaba que el juez
autorizara a Zidane para cobrar la falta, cuando ocurrió
la jugada", afirmó.
Otro que tuvo que salir a defender la actuación de los
jugadores fue el veterano Cafú, capitán y único que jugó
tres finales de una Copa del Mundo. "Esta es una
selección ganadora y no se puede borrar la imagen por
ese partido".
"A pesar de que no
ganamos, este equipo quedó marcado positivamente,
como el del 82, aunque no jugamos tan bonito", dijo el
defensor de 36 años. Según Cafú, el equipo no pudo
reaccionar al gol marcado por Henry, y ese fue el factor
fundamental de la eliminación. "No tuvimos fuerza, no es
que nos faltó voluntad", agregó el jugador del Milan.
"La lección que queda es que no siempre vence el mejor.
Eramos considerados los mejores y se esperaba que
diéramos espectáculo, pero otras selecciones nos
sorprendieron", confesó uno de los más criticados por la
prensa por su flojo desempeño en el Mundial. "Jubilate",
"viejo" y "anciano" fueron algunos de los gritos que
Cafú escuchó de los hinchas. Sin embargo, insistió en
que todavía puede jugar en la selección.
En Brasil dan por hecho que Parreira no continuará en su
cargo, porque para ellos, no estar en semifinales es un
rotundo fracaso