Argentina golea y se clasifica
Jugó en un
altísimo nivel y venció 6-0 a Serbia y Montenegro con goles de Maxi
Rodríguez (2), Cambiasso, Crespo, Tevez y Messi. En el primer
tiempo, Cambiasso entró por González. En el segundo Tevez entró por
Saviola, que fue la figura de la cancha, y Messi por Rodríguez. Los
serbios terminaron con diez por la expulsión de Kezman. Con este
resultado, Argentina queda a un paso de los octavos de final
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Ganar y gustar. Esos eran los dos
objetivos de la Selección para el compromiso ante Serbia y
Montenegro. Pekerman no quedó conforme con el funcionamiento del
mediocampo en la victoria ante Costa de Marfil y metió un cambio:
Lucho González por Cambiasso. Con esa modificación, el técnico
argentino buscaba darle más dinámica a la zona de volantes,
intentando que el jugador del Porto fuera un buen socio para
Riquelme en la creación, tal como lo hizo en el brillante primer
tiempo frente a Brasil, en el Monumental, por Eliminatorias.
Con ese panorama, el equipo albiceleste quería sumar tres puntos
vitales para lograr el pase a octavos de final. Claro que el rival
de turno también tenía la necesidad de ganar. Tras la derrota 1-0
frente a Holanda, los dirigidos por Petkovic intentaban hacerse
fuertes en defensa y retomar el nivel logrado en la
clasificación para el Mundial, en la que finalizaron invictos en 10
partidos y recibieron sólo un gol.
Arrancaron con todo, sin estudiarse. Argentina aprovechaba las
proyecciones de Sorin por la izquierda e intentaba ganar de arriba,
pero la defensa serbia devolvía todo de cabeza. En ataque, los
europeos presionaban y Milosevic se tiraba unos metros más atrás
para colaborar con la línea de volantes.
Argentina pegó en la primera llegada clara. El negocio estaba
por la izquierda, y Saviola se dio cuenta: recibió luego de una
buena jugada colectiva, encaró a Gavrancic, tocó hacia el centro y
encontró el pique de Maxi Rodríguez al vacío. El volante del
Atlético de Madrid anticipó el cruce de Dudic y la punteó de
derecha, poniéndola en el segundo palo, lejos del alcance del
arquero Jevric. Un gol tranquilizador y fundamental para
pisar fuerte en el partido.
Trató de reaccionar Serbia y Montenegro, pero la Selección estaba
firme en defensa. La complicación, sin embargo, estaba en el centro
de la cancha, ya que Lucho González sintió una molestia en la
pierna izquierda y tuvo que ser reemplazado por Cambiasso. Increíble
pero real: el cambio del que tanto se habló toda la semana duró
16 minutos. Contrario a lo que indicaba la lógica, el recién
ingresado se ubicó en la derecha, mientras que Rodríguez conservó su
posición por la otra banda. Seguramente la intención de Pekerman fue
seguir apostando por el desequilibrio de Maxi en un sector
que había dado muchos dividendos.
Llegando a la mitad de la etapa inicial, el trámite era
decididamente parejo. Los europeos no sabían cómo llegar al área
argentina, y la Selección había perdido la manija del partido.
Riquelme no aparecía, entonces Crespo y Saviola quedaban
desconectados del resto del equipo. Sin embargo, alcanzó con
enchufarse 30 segundos para marcar la diferencia. Se dejó de lado el
toque intrascendente en mitad de cancha y Saviola (por lejos, el
mejor de la cancha) armó una jugada bárbara pasando de izquierda a
derecha. Combinó con Sorin y Riquelme hasta encontrar a Cambiasso.
Cuchu tocó para Crespo, quien arrastró la marca y, de taco,
la dejó servida para que el volante del Inter definiera con
potencia. Golazo. Era 2-0 y la clasificación estaba al
alcance de la mano.
Pudo haber aumentado la Selección a los 36, cuando Saviola encontró
un hueco y dejó solo a Crespo, quien picó en la misma línea que los
defensores serbios. Equivocadamente, el asistente levantó la bandera
y el árbitro Rosetti anuló la jugada por offside. Fue un grave error
que privó a Argentina del tercero, ya que el delantero del Chelsea
resolvía la acción con categoría, tocando ante la salida de Jevric.
No hubo que lamentar esa mala decisión arbitral, porque Saviola
seguía demostrando que estaba en su noche. Robó la pelota por la
derecha, dejó en el camino a Dudic y le pegó buscando el segundo
palo. Jevric tapó pero el oportunista de Maxi Rodríguez apareció en
el segundo palo y definió ante el cruce de Duljaj. Argentina se
ponía 3-0 arriba, en un primer tiempo para ilusionarse.
Serbia y Montenegro volvió decidido a cambiar la historia en el
comienzo del complemento. Antes del minuto, Milosevic probó desde
afuera y obligó al esfuerzo de Abbondanzieri, quien volvió a
mostrarse seguro y la mandó al córner. Los europeos salieron a
quemar naves (Petkovic puso a Ergic por Nadj y Ljuboja por
Koroman), así que la mesa estaba servida para que Argentina lo
liquidara de contra. Riquelme tenía más espacio para moverse y
parecía que de sus pies iba a llegar en cualquier momento la
habilitación para que la Selección aumentara.
Pekerman movió el banco cerca del cuarto de hora. Sacó a Saviola, de
soberbia actuación, y puso en su lugar a Tevez. El hombre del
Corinthians entró y enseguida dejó en claro que se moría por
demostrar todo lo que puede dar: en su primer contacto con la
pelota eludió a tres rivales y descargó con categoría por la
izquierda.
La libertad de Riquelme y la frescura de Tevez eran un problema para
los serbios. Encima, los balcánicos se quedaron con uno menos a los
20, cuando Kezman vio la roja por entrarle duro a Mascherano. Serbia
y Montenegro ya no presionaba y en Argentina había muchos puntos
altos en cuanto al rendimiento (Abbondanzieri, Burdisso, Sorin, Maxi
Rodríguez). Sólo un milagro podía torcer el rumbo del partido.
La espera terminó cuando el reloj marcaba 39 del segundo. Pekerman
llamó a Messi y el crack del Barcelona saltó a la cancha. Tres
minutos más tarde estaba desbordando por la izquierda y mandando un
centro rasante para que Crespo la empujara sobre la línea. Una
alegría bárbara para el juvenil, que recibió el agradecimiento
del goleador, el abrazo del resto de sus compañeros y la ovación de
todo el estadio.
4-0, pero había más. Tevez se mandó por la izquierda, tiró un
caño, trabó con Duljaj y se llevó la pelota de puro guapo. El último
obstáculo era el arquero, algo que no inquietó al Apache,
quien definió al segundo palo y le puso la frutilla al postre.
¿Listo? No, faltaba el gol de Messi. Tevez combinó con Crespo y la
puso en cortada para que el chico del Barcelona cruzara el derechazo
y sellara el 6-0 definitivo. El triunfo categórico estaba consumado.
El árbitro Rosetti marcó el final y la Selección gritó bien fuerte
una victoria bárbara, en la que mostró su mejor cara y llenó de
goles a un equipo cuyo estandarte es la defensa. De los dos
objetivos planteados a priori (ganar y gustar), Argentina cumplió
tres: ganó, gustó y goleó. Una actuación inolvidable
Todo sobre el Mundial de Fútbol 2006 Alemania
Fuente:
http://www.clarin.com
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