BOCA LE EMPATO A RIVER JUSTO A TIEMPO
River parecía
asegurarse la victoria. Jugaban con dos hombres de más y tenía
ventaja por el gol de Farías. Pero Boca, a puro empuje, llegó al
empate a los 45 minutos del segundo tiempo, cuando el mellizo Barros
Schelotto hizo una jugada bárbara y lo bajaron dentro del área.
Palermo metió el gol y el partido terminó 1 a 1. Fueron expulsados
Abbondanzieri, Krupoviesa y Tula.
|
Típico arranque de un partido de diente
apretado, en el que la pelota iba y venía sin destino. Quedó claro
desde el vamos la postura de uno y otro. Boca se paró en campo rival
y trató de acortar sus líneas. Iban los defensores, también
iban los volantes, pero los delanteros (Palermo, sobre todo) no
encontraban espacios. River, en cambio, prefirió armarse
cuidadosamente de atrás hacia delante. Paró una línea de
cuatro bien cerrada atrás y optó, en esos primeros minutos, por no
descuidarse. A diferencia de su rival, por momentos fue un equipo
muy largo, al que le faltó sorpresa y además cierta cuota de
audacia. Extrañó y mucho a Gallardo, quien a último momento
se quedó afuera porque no estaba diez puntos físicamente y la idea
fue no arriesgarlo. Gonzalo Higuaín, su reemplazante, se estacionó
como punta, cerquita de Farías, mientras que Montenegro se recostó
unos metros y trató, sin éxito, de asumir la conducción. Ese River
utilitario en poco se pareció al que dio que hablar durante
las últimas fechas por su poder en ataque.
Lo de Boca era simple. Presión, presión y más presión. Ibarra
fue salida constante, sobre todo cuando Domínguez se empecinaba en
cruzar la mitad de la cancha sin tener muy claro hacia dónde iba.
También Boca llegaba por la izquierda, donde Krupoviesa insistió con
sus clásicos centros combados, de adentro hacia fuera, que
desacomodaban a los defensores visitantes. Los pelotazos llovían
desde los dos costados y Silvestre tuvo el gol con un cabezazo de
sobrepique que Lux manoteó como pudo. Y también casi lo grita
Palermo, pero no le pudo entrar bien al frentazo.
A esa altura era un partido de vuelo bajo. Rápido, pero
impreciso y sin pausa en ningún sector. Los talentosos como
Palacio, Insúa o Montenegro no sabían cómo hacer para escaparle a la
marca. Conclusión: el protagonismo estaba en poder de los que no
saben tanto.
Igual, siempre quedó dando vueltas la sensación de que los de Basile
estaban a tiro del gol. Lo merecían, además. Hubo una clarísima,
cuando se jugaban 27 minutos. Los defensores de River quedaron a
contrapierna, Insúa la alargó para Palermo, quien entró solo por el
callejón del ocho, acomodó su cuerpo y sacó un derechazo cruzado que
se fue haciéndole sombra al palo. Ni hablar la que se le presentó a
Bilos, quien aprovechó su altura y su cabezazo se fue junto a un
palo. De milagro no entró.
River no hacía pie. Sufría las pelotas paradas, se defendía
mal y para colmo no podía sacar la contra. Caía en pelotazos
frontales, muy anunciados, que simplificaban la tarea defensiva. En
su peor momento, sin embargo, vio que había luz en el fondo
del túnel. Abbondanzieri no se sabe qué quiso hacer. Primero amagó
con salir, después trató recular y, desde afuera del área, Farías le
dio de emboquillada a colocar. Un regalo del cielo, sí.
Torcer la historia, era el objetivo de Boca. Y como al principio,
acumuló gente en campo rival. Las pelotas cruzaban como dagas
por el área, ante la sufrida mirada de Lux. Pero los de Basile no
seguían finos en la definición. Hacía falta esa pausa para
clarificar ideas. Igual, el empate parecía caer de maduro,
porque River estaba cada vez más metido y en lugar de defenderse con
la pelota, optó peligrosamente por agruparse en su campo. Pero la
suerte otra vez le dio la mano, justo cuando más la
necesitaba. Gallardo, quien habían entrada por Higuaín, picó al
vacío sobre las espaldas de los centrales. Abbondanzieri esta vez no
tuvo culpa: salió a cortarlo casi a la mitad de la cancha y lo bajó.
Pese a los reclamos, era último hombre y se tuvo que ir expulsado.
Se dio, claro, otro partido. River aprovechó el hombre de más
y trató de hacer circular la pelota, fundamentalmente sobre los
costados, para cansar al rival. Gallardo le puso frenó al equipo y
sus habilitaciones fueron letales. A esa altura el que
tambaleaba era Boca. Farías, muy confiado, sacó un latigazo que dio
en el palo. Pasaban los minutos y, para colmo, Krupoviesa también se
fue expulsado por una descalificadora patada de atrás a
Montenegro.
Futbol en Argentina
TODO SOBRE FUTBOL
CLUBES DE FUTBOL EN ARGENTINA
FUTBOL DE CHAPAS
NUMEROS DE LA QUINIELA Y LOS EQUIPOS DE FUTBOL
METEGOL - FUTBOL DE MESA
JUGADORES DE FUTBOL ARGENTINOS
Fuente:
http://www.clarin.com
Ver historial completo de
noticias destacadas. |
|