Alemania 2006:La Selección
logró una cómoda victoria en su último partido antes del Mundial
Fue 2 a 0 ante Angola en Salerno-
Maxi Rodríguez, la figura de la cancha, abrió el marcador tras una
gran definición- Y enseguida Sorin tiró un centro que, tras
desviarse en su marcador, se metió en el segundo palo- El equipo de
Pekerman tuvo muchas variantes ofensivas y fue muy superior a un
rival livianito- El debut en Alemania 2006 será el 10 de junio
frente a Costa de Marfil.
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Llegó la hora del último ensayo del
equipo de Pekerman antes del Mundial de Alemania. El rival elegido
era otro mundialista, Angola, que en principio se podía presumir
similar a Costa de Marfil, el primer choque de Argentina en
Alemania. La cita era en Salerno, en el sur de Italia, muy cerca de
Nápoles, la ciudad que todavía vive con el embrujo de Diego Maradona
a cuestas.
Sin grandes sorpresas, y tal vez alguna duda que despejar, el
técnico argentino se inclinó por el esquema que más le gusta: cuatro
en el fondo –Burdisso, Ayala, Heinze y Sorin-, tres en el medio –Maxi
Rodríguez, Mascherano y Cambiasso-, Riquelme de enganche, y Saviola
y Crespo, arriba.
Argentina impuso su dominio desde el comienzo. Con mucha presión en
el medio para impedir cualquier construcción de los angoleños.
Sólida defensivamente, la Selección buscaba llegar en esos primeros
minutos aunque estaba impreciso cuando llegaba a tres cuartos del
campo rival. Recién pudo a los 4, cuando Maxi escapó por derecha y
sacó el centro atrás que Saviola conectó, aunque desviado. La
réplica llegó inmediatamente con un disparo de Figueiredo, que tapó
Abbondanzieri.
Los angoleños marcaban a Riquelme con uno, dos y hasta tres
defensores, para evitar que Román armara el juego. Cambiasso quedaba
muy pegado a Mascherano y entraba poco en juego. Entonces al equipo
de Pekerman le faltaba fútbol para generar peligro. No obstante el
"10" se las ingeniaba para zafar y armar los ataques: un tiro libre
suyo dejó a Crespo, Heinze y Sorin sólos frente al arquero
(finalmente fue el delantero el que conectó, y la pelota salió por
el segundo palo), y cinco minutos después aprovechó un robo de
Mascherano para habilitar a Crespo por izquierda (el arquero logró
tapar su disparo).
El gol estaba al caer. O al menos esa era la sensación que
transmitía el trámite del partido. Un equipo dominador, Argentina, y
el otro que intentaba contragolpear, Angola, con largos pelotazos
para Fabrice Akwa, el único delantero neto, o para el adelantamiento
de alguno de sus volantes. Las situaciones de gol para los nuestros
se sucedieron. Crespo peinó un tiro de esquina de Riquelme y el
arquero desvió; Riquelme escapó por el centro y su disparo salió
desviado; minutos después, juntó a tres marcadores y dejó sólo a
Maxi Rodríguez que le pegó entrando por derecha, aunque a las manos
del arquero. Sólo faltaba un poco de precisión en los últimos
metros.
Justamente Maxi Rodríguez era la rueda de auxilio para Riquelme. A
pedido de Pekerman, el volante del Atlético de Madrid desbordaba por
derecha aunque también buscaba soprender con diagonales hacia el
centro. Justamente Maxi fue el que abrió el marcador, al conectar un
centro de Sorin. El capitán argentino volvió a desbordar a los 36
minutos y su centro (no pateó al arco) se desvió en la pierna de
Marco Abreu y se metió con una extraña parábola en el segundo palo,
antes de que (otra vez) Maxi Rodríguez pudiera tocarla.
Era de esperar, entonces, que con el resultado adverso el equipo
africano saliera un poco del fondo y el partido se abriera. Sin
embargo, eso no ocurrió: los angoleños siguieron aferrados a su
esquema defensivo, en desmedro del espectáculo, pero a favor del
último ejercicio del equipo de José Pekerman. Es que el escenario
que proponía el rival bien puede repetirse durante el Mundial de
Alemania, y para el ensayo era más provechoso que los jugadores se
encontraran con un partido cerrado.
Ni bien comenzó el segundo tiempo, el técnico de Angola, Luis de
Oliveira Goncalves, mandó a su figura a la cancha: Mantorras. Pero
no cambió mucho la filosofía del equipo africano. Argentina continuó
entreteniendo la pelota en el medio con sus volantes para buscar
algún resquicio y el cambio de ritmo. Así fue como Riquelme encontró
a Crespo, esta vez por derecha, quien habilitó a Saviola por el
medio. Una gran atajada de Joao Ricardo impidió que la Selección
sacara más ventaja.
Pekerman comenzó a probar variantes, y a cuidar piernas, cuando el
reloj llegó a los 17: Saviola le dejó el lugar a Messi, Heinze a
Milito y Riquelme a Scaloni. El juvenil argentino levantó ovaciones
de la tribuna a poco de entrar, arrancando desde atrás. Maxi se
empezó a mover por todo el ataque y su lugar en la derecha lo cubrió
Scaloni. Argentina quedó parado con un solo delantero neto de área:
Crespo. Y ejerciendo el control del partido a voluntad.
¿Angola? Muy pobre. Con planteos así es difícil que logre prosperar
más allá de la primera fase en el Grupo D, con México, Irán y
Portugal. Con la tranquilidad del resultado a favor, Pekerman se dio
el gusto, y le dio al gusto a muchos argentinos, de poner a algunos
de sus hijos dilectos: Aimar entró por Maxi Rodríguez y Tevez por
Cambiasso. Y ahí se vio lo mejor de Argentina. Una vez el travesaño,
y otra el palo izquierdo del arquero, impidieron que llegara el
tercero. Messi y Aimar se encontraban con facilidad y generaban un
fútbol vistoso de paredes y gambetas que levantaron aplausos del
público. A ellos se les asociaban Sorin, Tevez, Crespo.
Prácticamente sin puestos fijos, con mucha rotación, cualquier
jugador podía aparecer sorprendiendo en algún sector del ataque.
Con Messi, Tevez, Crespo y Aimar en la cancha hubo muchas llegadas
más. A Crespo le faltó el gol (tuvo cuatro ocasiones claras en todo
el partido). Argentina anduvo merodeando el arco de Joao Ricardo
hasta el final. Y aunque no pudo aumentar dejó una muy buena imagen.
Que enciende una luz de esperanza a once días del debut en Alemania.
TODO SOBRE EL MUNDIAL DE FUTBOL 2006
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