El 15% de la
población mundial ya navega por internet
El 15,6 por ciento de la población
mundial ya navega por internet, aunque el reparto es muy desigual
entre el mundo industrializado, donde más de la mitad de los
ciudadanos son internautas, y los países en desarrollo, donde
únicamente lo es el 8,5 por ciento
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La Conferencia de la ONU para el
Comercio y el Desarrollo (UNCTAD) publicó hoy en Ginebra su informe
anual sobre "La economía de la información", del que se desprende
que en el último año el índice de penetración de internet en todo el
mundo avanzó el 18,1 por ciento, aumento sólo superado por el de
2002, cuando avanzó el 24,2 (en 2003 aumentó el 11,3 y en 2004 el
17,6).
Además, de los 1.020 millones de conexiones a internet que hay en el
mundo, más de una de cada tres ya son de banda ancha, aunque en su
mayoría se concentran en los países ricos, donde hay más de 158
millones de accesos a alta velocidad, tras un incremento del 15 por
ciento en sólo seis meses.
"La banda ancha se está volviendo tan vital para los negocios y
ofrece tantas ventajas competitivas que ya se compara con servicios
como el agua corriente o la electricidad, lo que supone todo un reto
para los países en desarrollo, donde aún escasa y cara", aseguró hoy
la responsable tecnologías de la información y de la comunicación
(TIC) y de negocio electrónico de la UNCTAD, Genevieve Feraud.
Feraud explicó que, mientras que la conexión por banda ancha crece
de forma exponencial en el mundo industrializado, en los países en
desarrollo aún es mayoritaria la realizada a través de la línea
telefónica básica.
Sólo conseguir datos al respecto es muy complicado, ya que
únicamente 71 de los 151 países en desarrollo estudiados en el
informe disponen de datos sobre la banda ancha en sus territorios.
En 48 de ellos la penetración de la banda ancha aún es inferior al 1
por ciento y más de la mitad de los usuarios de la red a alta
velocidad en ese grupo de países se encuentran en la China
continental.
En Africa no hay un sólo país donde la UNCTAD tenga datos de que
exista una línea de alta velocidad por cada cien habitantes,
mientras que en Latinoamérica tampoco ninguno supera una penetración
del 5 por ciento, salvo Barbados.
En cambio, en Islandia hay 26,5 líneas de alta velocidad por cada
cien habitantes, en Suiza 23,8, Noruega 21,5, Finlandia 22,4, Suecia
21,4, Canadá 20,8, Bélgica 19,2 e Israel 18,3.
El índice de penetración más alto conocido entre los países en
desarrollo lo tiene Corea del Sur, con el 25,5 por ciento y, aunque
en China es del 2,9, en Taiwán es del 20,2, en Hong Kong del 23,6 y
en Macao del 14,8.
Junto a la alta velocidad, la gran brecha tecnológica entre países
se debe al uso de internet en el ámbito empresarial, aún muy
reducido en los países en desarrollo, pese "a las grandes
oportunidades de crecimiento económico y de mejora de la
competitividad que aportaría", según la UNCTAD.
En cambio, en la Unión Europea el 63 por ciento de las empresas
tenía conexión a internet a alta velocidad al final de 2005, frente
al 53 por ciento de un año antes.
Además, mientras que el 93 por ciento del comercio electrónico en
Estados Unidos se produce entre empresas ("e-business"), en los
países en desarrollo es prácticamente nulo, igual que el uso de
otras alternativas como la oferta de servicios por parte de la
administración pública o el aprendizaje y el trabajo a distancia.
Aún así, la organización internacional observa un elevado uso de los
servicios bancarios electrónicos en algunos países en desarrollo,
como Brasil y Marruecos, donde los utilizan el 75 y 34,9 por ciento,
respectivamente, de las empresas de diez o más trabajadores.
Otra prueba del fuerte crecimiento de las TIC es que entre 1995 y
2004 las exportaciones de servicios informáticos aumentaron seis
veces más rápido que las del conjunto de servicios, hasta generar
836.000 millones dólares, cerca del 45 por ciento del total.
La participación de los países en desarrollo en esas ventas pasó del
4 por ciento en 1995 al 20 en 2003.
En ese año, el sector de las TIC aportaba el 5,5 por ciento del
empleo en las empresas de los países desarrollados, después de haber
crecido a ritmos anuales superiores al 8 por ciento desde 1995.
Fuente
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