Natascha
Kampusch: Siempre soñé con decapitarlo si hubiese tenido un hacha
La joven austríaca que estuvo
secuestrada durante más de ocho años y en libertad desde hace sólo
dos semanas, resaltó, en su primera y esperada entrevista a la
prensa, la desesperación vivida en su largo cautiverio y su deseo
permanente de huir. "Sólo pensaba en huir", dijo Kampusch en
declaraciones a la revista semanal "News". También realizó una
aparición televisiva en la emisora estatal de su país.
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La joven Natascha Kampusch, que estuvo
secuestrada durante más de ocho años en un subterráneo bajo un
garaje cerca de Viena, se mostró este miércoles por primera vez en
televisión en una entrevista concedida al canal público austríaca
ORF.
Con un pañuelo en la cabeza que dejó traslucir su pelo rubio, la
joven de 18 años mostró su rostro, pálido y de ojos azules, por
primera vez desde su huida hace dos semanas y ante un público
conmocionado por su dramática historia.
Poco antes, la prensa internacional había difundido una fotografía
actual de la joven que aparecerá en portada del semanario News este
jueves.
Toda la república alpina, conmocionada tras la liberación de
Kampusch hace dos semanas, ha estado a la espera de sus primeras
declaraciones públicas, así como de su primera aparición ante las
cámaras de televisión.
"Una y otra vez me preguntaba por qué precisamente entre los muchos
millones de seres humanos (que hay) justo a mí tenía que pasarme
esto", explicó la joven de 18 años que fue recluida en un "zulo"
subterráneo, debajo del garaje de la casa de su secuestrador,
Wolfgang Priklopil, un técnico en electrónica que se suicidó, con 44
años, pocas horas después de la huida de su rehén.
"Yo pensaba: seguro que no he venido al mundo para dejarme encerrar
y arruinar completamente mi vida. Estoy desesperada sobre esta
injusticia", añadió Kampusch.
"Me sentía como una pobre gallina en una batería ponedora (expresión
utilizada en Austria que es similar a sardina enlatada). Seguro que
han visto en la televisión y la prensa mi calabozo. Así es que saben
cuán pequeño era. Era para desesperarse".
"Siempre pensaba en cómo llegar hasta el punto de poder huir. Pero
no podía arriesgarme", aseguró. Según Kampusch, su secuestrador
"sufría una fuerte paranoia y mantenía una desconfianza permanente".
"Un intento fallido hubiese significado correr el peligro de no
salir nunca más del sótano. Tenía que ganarme su confianza de forma
sucesiva".
Es la primera vez que la joven relata a la prensa cómo vivió su
cautiverio, en un recinto subterráneo de seis metros cuadrados,
meticulosamente escondido en la casa de Priklopil, situada en la
pequeña localidad de Strasshof, cerca de Viena.
Así, su calabozo se encontraba a pocos kilómetros de su antiguo
hogar, en un distrito vienés, donde fue secuestrada en marzo de 1998
en su camino a la escuela.
Kampusch también habla de su nueva vida y dice que espera recuperar
la formación escolar para poder estudiar una profesión, entre las
que mencionó la de periodista, abogado o psicóloga
Fuente
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