Buenos Aires, la ciudad mas ruidosa de
América Latina
Entre los colectivos y camiones
sin control técnico que agreden con sus motores y frenos a millones
de porteños que transitan por las calles, la contaminación auditiva
es la más fuerte de los países del sur. A ello se suman los sonidos
de mezcladoras y taladros de las numerosas obras en construcción,
impulsadas por la reactivación económica.
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Según la Organización Mundial de la
Salud, Buenos Aires es la ciudad más ruidosa de América Latina.
Entre los colectivos y camiones sin control técnico que agreden con
sus motores y frenos a millones de porteños que transitan por las
calles, la contaminación auditiva es la más fuerte de los países del
sur.
A ello se suman los incesantes sonidos de martillos, mezcladoras y
taladros de las numerosas obras en construcción en Buenos Aires,
impulsadas por la reactivación económica.
El nivel de ruido tolerado por el oído humano es de 70 decibeles y
más allá de esta medida cualquier sonido es perjudicial para el
sistema auditivo.
Para comprobar cuánta contaminación acústica hay en la capital
argentina, BBC Mundo salió junto a Silvia Cabeza y Alejandro
Badanian, de la Asociación Civil Oír Mejor, a realizar mediciones en
algunas de las esquinas más insufribles de la ciudad.
El oído interno posee células pilosas denominadas ciliares (arriba),
las cuales convierten los estímulos físicos en impulsos cerebrales.
La exposición a sonidos fuertes hace que esta suerte de bosque en
miniatura quede como si una tormenta lo hubiese devastado (abajo).
La primera escala fue avenida Huergo esquina Corrientes, una zona
céntrica de Buenos Aires cercana al Río de la Plata donde hay
numerosas oficinas.
"Éste es uno de los lugares más ruidosos porque pasan muchos
camiones de gran porte que tienen permiso para circular por aquí",
dice Cabeza.
Mientras tanto, Badanian coloca en un trípode un sonómetro, un
aparato que, utilizando un micrófono, muestra en una pantalla el
valor del nivel sonoro captado.
"Un individuo no puede estar expuesto a este ruido sin protección.
Con el correr de los años se pueden producir daños irreversibles en
el sistema auditivo", advierte Badanian.
El oído interno posee células pilosas denominadas ciliares, las
cuales convierten los estímulos físicos en impulsos cerebrales. Tras
años de exposición a sonidos fuertes, esta suerte de bosque en
miniatura queda como si una tormenta lo hubiese devastado.
A lo que Cabeza añade: "La agresión del ruido hace además que
estemos excitados, estresados, que tengamos conductas agresivas y
suframos dolores de cabeza y hasta problemas cardíacos"
Fuente
ACUSTICA
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